Todo empezó cuando a Alfredo le salieron moretones inexplicables en el cuerpo y sufría de fiebre constante. Sus padres lo llevaron a un médico de su ciudad que les pidió un análisis de sangre.
Los resultados confirmaron que Alfredo tenía leucemia.
Alfredo fue referido a St. Jude, donde los médicos se pusieron a trabajar de inmediato para intentar salvarle la vida.
"Al principio tenía miedo porque no sabía cómo iban a salir las cosas", dijo la madre de Alfredo.
Cuando a Alfredo le diagnosticaron cáncer, sus padres estaban aterrorizados ante la posibilidad de perder a su hijo, pero encontraron esperanza en St. Jude Children's Research Hospital.
Las familias, como la de Alfredo, nunca recibirán una factura de St. Jude por tratamiento, transporte, hospedaje ni alimentación.
Alfredo puede ser tímido, pero tiene grandes sueños: ¡quiere ser policía cuando sea grande!