A los 7 años, Max es un niño inteligente y sociable, el centro de atención dondequiera que va.
Le encanta su clase de jiu-jitsu, saltar en el trampolín y correr con sus amigos.
Max nació en China y fue diagnosticado con retinoblastoma, un cáncer de ojo, cuando tenía un año.
Los médicos en China le enuclearon el ojo izquierdo para evitar el crecimiento del cáncer. La enucleación significa que se extirpa el ojo, pero se dejan intactos los músculos oculares y el contenido de la órbita.
Max vivía en un orfanato cuando los médicos descubrieron que también tenía cáncer en el ojo derecho restante. Max se sometió a una quimioterapia que hizo que el cáncer remitiera, aunque las condiciones no eran óptimas.
Mientras tanto, al otro lado del mundo, Shane y Yanin, que ya tenían dos hijos biológicos, decidieron que querían ampliar su familia mediante la adopción.
Las familias, como la de Max, nunca recibirán una factura de St. Jude por tratamiento, transporte, hospedaje ni alimentación.
En 2018, la pareja viajó a China y volvió a casa en Illinois con su nuevo hijo, que entonces tenía 4 años. Pero unos meses después, los médicos encontraron cuatro tumores activos en el ojo derecho de Max. Rápidamente fueron referidos a St. Jude.
-
Poco después de comenzar el tratamiento, los médicos descubrieron aún más tumores. Les dijeron a Shane y a Yanin que el único ojo que le quedaba a Max debía ser enucleado también. Si no, el cáncer podría extenderse al cerebro. La pareja estuvo de acuerdo.
"Teníamos que pensar en la vida de Max antes de su ojo", dijo Shane.
Hoy, Shane y Yanin se maravillan de lo bien que se ha adaptado Max, teniendo en cuenta todo lo que ha pasado.
St. Jude significa la vida de nuestro hijo. Nuestro pequeño guerrero ha pasado por muchas cosas en China, y definitivamente necesitaba los mejores médicos para ayudarle. Necesitaba a St. Jude.
Max está aprendiendo braille y también un poco de español. Viaja en el autobús escolar con sus compañeros de clase y juega como cualquier otro niño. Su mejor amigo en la escuela a menudo lo toma de la mano y juntos corren por el patio de recreo lo más rápido que pueden.
"Nada le frena", dice su papá, Shane.
Conoce a más pacientes