La mamá de Maryelle no puede hablar de su hija sin que se le dibuje una enorme sonrisa en su rostro. Describe a esta niña tan dinámica como "el alma de la fiesta".
Ella también sonríe cuando cuenta que Maryelle ha logrado salir de su caparazón y desarrollado su alegre personalidad en tan poco tiempo.
Pero hubo un momento en que el tiempo se detuvo para su hija, Maryelle.
Maryelle tiene una inmunodeficiencia que pone en peligro su vida llamada linfohistiocitosis hemofagocítica familiar (HLH). Actualmente, es paciente de St. Jude Children's Research Hospital.
Las familias, como la de Maryelle, nunca recibirán una factura de St. Jude por tratamiento, transporte, hospedaje ni alimentación.
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Cuando solo tenía cinco meses, Maryelle tuvo una fiebre muy fuerte. Su pediatra notó que se tocaba mucho su oreja y le dio una ronda de antibióticos, para lo que parecía ser una simple infección de oído.
Cuando los síntomas empeoraron, la intuición de sus padres se impuso y la llevaron de nuevo al pediatra para que le hiciera un análisis de sangre. Lo que el análisis reveló fue peor de lo que temían. Todos los recuentos de Maryelle estaban peligrosamente bajos y en solo días, le diagnosticaron una grave inmunodeficiencia.
Afortunadamente, Maryelle y su familia fueron enviados a St. Jude, donde los médicos la sometieron a un tratamiento que incluía quimioterapia y un trasplante de médula ósea con su mamá como donante.
Maryelle también tuvo que someterse a terapia física, ocupacional y del habla para ayudarla a continuar su desarrollo y a poder alcanzar sus metas.
Dicen que las familias nunca tienen que pagar una factura, pero no es hasta que llegamos aquí que lo vimos ... Yo les decía a mis familiares y amigos todo el tiempo: 'Es increíble que no tengas que preocuparte por las comidas, el tratamiento o el alojamiento'. Es increíble.
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