La historia de Farouk en St. Jude parece casi imposible. Sus padres, Hussam y Linda están agradecidos de que, a pesar de las irregularidades en sus vidas durante los últimos años, encontraron el camino a St. Jude.
Todo comenzó cuando tuvieron que huir de su hogar en Siria hacia Jordania en busca de seguridad.
Como sirio que vive en otro país, un país que no es el tuyo, fue difícil en el hospital porque es muy caro para alguien que es un refugiado.
Las familias, como la de Farouk, nunca recibirán una factura de St. Jude por tratamiento, transporte, hospedaje ni alimentación.
En el 2013, como refugiados en Jordania, se enteraron de que Farouk, su hijo de 6 meses, tenia retinoblastoma, un tipo de cáncer ocular. Fue un momento extremadamente difícil de atravesar lejos de su casa.
“En Jordania, tuvimos que pagar cada centavo por el tratamiento y fue difícil para nosotros”, dijo Linda, la mamá de Farouk.
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3 años después, Hussam y su familia se mudaron nuevamente de país, esta vez como refugiados a los Estados Unidos. Antes de salir de Jordania, Hussam le preguntó al médico de Farouk a qué lugar de los Estados Unidos debían acudir para que su hijo recibiera atención medica continua.
“El doctor nos habló muy bien de St. Jude porque había estudiado ahí. Nosotros no conocíamos Tennessee y no sabíamos nada de inglés”, dijo Hussam. “Cuando llegamos a los Estados Unidos, el primer paso que tomamos fue ser referidos a St. Jude”.
St. Jude no solo trabaja en los Estados Unidos. Enseñan a médicos de todo el mundo como tratar el cáncer. Ellos no solo piensan en el paciente, también piensan en nosotros los papás y en la mejor forma de cuidar a nuestro hijo.
El equipo de atención de Farouk en St. Jude trabajó de cerca con el hospital de Jordania para que su transición fuese perfecta. La familia nunca ha recibido, ni recibirá una factura de St. Jude por nada. “Lo hicieron muy fácil: No solo le dan el tratamiento necesario a Farouk, también le dieron un lugar a nuestra familia”, dijo Linda.
Hoy, Farouk está libre de cáncer y visita St. Jude solo para chequeos. Sus padres se sienten maravillados de lo rápido que Farouk aprendió inglés fluido, además se adaptó muy bien a la cultura. Le encanta la pizza, los superhéroes, la natación y la escuela. Su divertida y sociable personalidad le permiten encajar a donde quiera que va. Sus padres le dan crédito a St. Jude por eso.
Farouk se siente muy orgulloso de cuidar a su hermano menor, Jude, quien fue nombrado así por el hospital que tanto ayudó a su familia.
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