Imagínese poder aprender un nuevo idioma como lo hace un niño. ¿Y aprender a tocar un instrumento musical? Los científicos de St. Jude Children’s Research Hospital descubrieron cómo eso podría ser posible algún día.
El enfoque implica limitar la actividad de un mensajero químico en una parte clave del cerebro. Ese mensajero es la adenosina. Cuando los investigadores redujeron o limitaron la actividad de la adenosina en una determinada región del cerebro, los ratones pudieron aprender sonidos en una edad más avanzada.
“Los hallazgos brindan una estrategia prometedora para ampliar la misma ventana de aprendizaje auditivo en humanos”, afirma el Stanislav Zakharenko, MD, PhD, del Departamento de Neurobiología del Desarrollo de St. Jude. Esa estrategia podría implicar el desarrollo de fármacos para bloquear la actividad de la adenosina.
La investigación se publicó en la revista Science.