La evaluación más completa realizada hasta el momento de enfermedades crónicas en sobrevivientes adultos de cáncer infantil determinó que tienen una carga acumulada casi dos veces mayor de problemas de salud crónicos que el público general. El estudio de St. Jude Children’s Research Hospital aparece hoy en The Lancet y ofrece información para mejorar la prestación de atención médica.
Los investigadores utilizaron un método estadístico llamado carga acumulada para realizar el seguimiento del impacto para toda la vida de 168 afecciones de salud crónicas en 5522 sobrevivientes adultos de cáncer infantil de St. Jude, la mayoría inscritos en el estudio de cohortes para toda la vida de St. Jude (St. Jude LIFE), y 272 voluntarios de la comunidad sin antecedentes de cáncer pediátrico. Al llegar a los 50 años de edad, el sobreviviente de cáncer pediátrico promedio tuvo 17,1 afecciones de salud crónicas, incluidas 4,7 que fueron graves/incapacitantes, pusieron en peligro la vida o fueron mortales. En cambio, los voluntarios de la comunidad tuvieron en promedio 9,2 afecciones de salud crónicas, de las cuales 2,3 se incluían en esas mismas categorías.
“La carga acumulada de enfermedades crónicas revelada en este análisis, junto con la complejidad y la gravedad de las afecciones crónicas que tienen algunos sobrevivientes, determinó que los sobrevivientes de cáncer infantil son una población vulnerable y compleja desde el punto de vista médico”, dijo el autor principal y corresponsal Nickhill Bhakta, M.D., miembro auxiliar del Departamento de Medicina Pediátrica Mundial de St. Jude.
“Los resultados sugieren que los sobrevivientes de cáncer infantil pueden beneficiarse con la prestación de atención médica integrada y especializada que se está probando para personas infectadas con VIH o personas con otros problemas de salud crónicos complejos”, explicó.
Los modelos incluyen hogares médicos centrados en pacientes, que tienen por objeto brindar a los pacientes servicios integrales coordinados para atender sus necesidades médicas y psicosociales. Actualmente, la mayoría de los sobrevivientes adultos dependen de proveedores de atención primaria que cuentan con el asesoramiento de especialistas médicos para coordinar la atención y asegurarse de que los sobrevivientes reciban las evaluaciones de salud y la atención de seguimiento recomendadas.
En los Estados Unidos, hay más de 420 000 sobrevivientes de cáncer infantil, una cifra que se espera que crezca a medida que las tasas de cura aumenten y los sobrevivientes vivan más tiempo. St. Jude LIFE es un recurso único para identificar, comprender y atender los desafíos que enfrentan los sobrevivientes. En este estudio en curso, los sobrevivientes de cáncer infantil a largo plazo que recibieron tratamiento en St. Jude regresan al campus periódicamente para realizarse pruebas y evaluaciones clínicas y funcionales completas.
“Este estudio determinó que el sobreviviente de cáncer infantil promedio tiene una carga acumulada de enfermedades crónicas que requiere una importante inversión de tiempo para desentrañar y administrar por parte de los proveedores de atención médica —tiempo que los proveedores de la comunidad probablemente no tengan”, dijo Bhakta. Estudios anteriores realizados por investigadores en St. Jude y otros centros han comunicado que los sobrevivientes con frecuencia tienen necesidades de atención médica no reconocidas e insatisfechas. Históricamente, los sobrevivientes también han luchado por mantener el seguro médico y acceder a la atención necesaria.
El estudio es el primero en cuantificar y comparar la carga acumulada de enfermedades crónicas en un grupo evaluado desde el punto de vista clínico de sobrevivientes de cáncer infantil y voluntarios de la comunidad que coinciden en edad y sexo. La carga acumulada se calculó utilizando datos de las evaluaciones clínicas integrales de 3010 sobrevivientes inscritos en St. Jude LIFE y 272 voluntarios de la comunidad. En lugar de contabilizar un problema de salud una vez durante el diagnóstico, la carga acumulada realiza el seguimiento de las afecciones de salud a medida que ocurren y registra ataques cardíacos, diagnósticos de cáncer u otras afecciones recurrentes posteriores que otros enfoques estadísticos no registran.
El análisis también incluyó 21 variables relacionadas con el tratamiento del cáncer de los sobrevivientes, incluidas dosis acumuladas de radiación y agentes quimioterapéuticos. Se utilizaron métodos estadísticos para calcular la carga acumulada de 2512 sobrevivientes de cáncer a largo plazo adicionales de St. Jude.
La carga acumulada de los sobrevivientes varió sustancialmente, en parte en función de la edad de los sobrevivientes al momento del diagnóstico, el tratamiento del cáncer y la época de tratamiento. Un segundo cáncer, enfermedades cardiovasculares y trastornos endocrinos fueron factores que contribuyeron significativamente a la carga acumulada de los sobrevivientes.
Se está desarrollando una herramienta en Internet para calcular la carga acumulada de pacientes individuales para ayudar a pacientes y proveedores de atención médica a comprender y administrar mejor la atención médica de las personas. La carga acumulada también debería ayudar a los investigadores que diseñan ensayos clínicos a comprender los riesgos y beneficios de diferentes estrategias de tratamiento.
Los autores sénior son Leslie Robison, Ph.D., presidente del Departamento de Epidemiología y Control del Cáncer de St. Jude, y Yutaka Yasui, Ph.D., miembro del Departamento de Epidemiología y Control del Cáncer de St. Jude. Los otros autores son Kirsten Ness, Malek Baassiri, Hesham Eissa, Frederick Yeo, Wassim Chemaitilly, Matthew Ehrhardt, Johnnie Bass, Michael Bishop, Kyla Shelton, Lu Lu, Sujuan Huang, Zhenghong Li, Eric Caron, Jennifer Lanctot, Carrie Howell, Timothy Folse, Daniel Green, Daniel Mulrooney, Gregory Armstrong, Kevin Krull, Tara Brinkman, Raja Khan, Deo Srivastava and Melissa Hudson, todos de St. Jude; Qi Liu de la Universidad de Alberta, Canadá; y Vijaya Joshi, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Tennessee, Memphis.
El estudio fue financiado en parte por subvenciones (CA195547, CA21765) del Instituto Nacional del Cáncer (National Cancer Institute, NCI), St. Baldrick’s Foundation y ALSAC, la organización de recaudación de fondos y concientización de St. Jude.