El triunfo de Yarianis sobre la adversidad, un día a la vez
Yarianis encuentra un nuevo propósito después del tratamiento contra el cáncer en St. Jude.
22 de julio de 2024 • 6 mínimo
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“Sigue adelante. Un día a la vez”.
Yarianis se dijo esas frases mientras miraba los escalones de la casa donde se alojaba su familia durante la Navidad de 2023. Estaba decidida a subir todo el tramo de escaleras, 18 escalones en total, por sí sola.
Fueron esas mismas palabras las que siempre se repetía tras un partido de voleibol que no había salido como ella quería.
Para esos días, era difícil subir y bajar cada peldaño sin ayuda. En St. Jude Children's Research Hospital®, donde Yarianis recibía su tratamiento para el cáncer de huesos, siempre tenía un fisioterapeuta para ayudarla. No poder mover su pierna izquierda como antes era una fuente de frustración para la atleta adolescente de Puerto Rico. Antes de su diagnóstico de cáncer, no solo se destacaba en la isla, sino en competencias internacionales.
“Me dije, ‘déjame ver si puedo subir con ambas piernas’, y cuando vi que podía hacerlo con las dos piernas, fue muy emotivo, porque antes no podía", recordó Yarianis.
Ese momento frente a las escaleras se convirtió en otro eslabón significativo en su arduo camino hacia la recuperación. Cada día ha traído nuevos desafíos, pero Yarianis los ha enfrentado con la misma determinación que impulsó su carrera deportiva. De regreso en Puerto Rico, la joven espera con entusiasmo sus sesiones de fisioterapia, en las que trabaja duro para recuperar más fuerzas.
“Cada vez que llego, me tienen un nuevo reto, pues me van subiendo el nivel de la fisioterapia”, dijo. “Y me emociona saber qué cosa nueva voy a hacer”.
Sus padres, Yamilka y José, disfrutan ver su evolución, brindándole su apoyo en cada etapa de su recuperación y en su vida. Al terminar la escuela secundaria en la primavera de 2024, Yarianis asistió a una cena de graduación con sus padres y empezó a hacer planes para su futuro.
"Lo más importante es que ella está bien, y estamos muy agradecidos con St. Jude", dijo Yamilka. "Ella solía ser activa y poco a poco está volviendo a la vida que tenía".
Una pierna hinchada
Yarianis entrenó incansablemente para destacarse en el voleibol. Los ejercicios matutinos y las largas horas de práctica, así como los partidos después de la escuela, habían dado sus frutos.
A los 17 años, la bloqueadora central de 6 pies de altura fue miembro del equipo nacional femenino de voleibol sub-19 de Puerto Rico, que representa a la isla en competencias internacionales.
En 2022, Yarianis y sus compañeras de equipo vencieron a México en los cuartos de final de la Copa Panamericana Femenina Sub-19. En ese partido, Yarianis mostró su habilidad al anotar el mayor número de bloqueos durante el partido. La victoria le aseguró a Puerto Rico uno de los cuatro lugares disponibles en la Confederación de Voleibol del Norte, Centroamérica y el Caribe en el Campeonato Mundial de la Federación Internacional de Voleibol 2023.
Unos meses después, durante su tercer año en la escuela secundaria, aceptó una beca para jugar voleibol en una universidad en Ohio, donde tenía la intención de recibirse en psicología.
Sus aspiraciones académicas y deportivas parecían ir por buen camino. Todo marchaba mejor de lo que ella o su familia habían soñado.
Yarianis incluso fue entrevistada en un programa deportivo de Puerto Rico para hablar sobre sus planes futuros en el voleibol y la oferta que le había hecho la universidad. Uno de los entrevistadores del programa describió a Yarianis y a otros jugadores a los que se les habían ofrecido becas como el orgullo de Puerto Rico.
"Mi hija es muy querida en Puerto Rico, ha tenido mucho éxito en el voleibol y ha tenido mucho apoyo", dijo Yamilka. "Había grandes expectativas".
Yarianis continuó su entrenamiento para jugar en la Copa Panamericana en 2023, un evento que también sirve como clasificación a los Juegos Panamericanos. Tal vez los Juegos Olímpicos estarían en su futuro algún día, llegó a pensar esta joven.
Pero una mañana, durante su rutina ejercicios, Yarianis sintió dolor en la pierna izquierda. Unas semanas después, comenzó a sentirse cansada de manera inusual durante las prácticas.
Su rodilla izquierda se hinchó. Al principio le dijeron que la hinchazón se debía a demasiado entrenamiento. Descansó. No mejoró.
Después de una visita al ortopeda, le siguieron varios exámenes que incluía una radiografía, seguida de una tomografía computarizada, una resonancia magnética y una biopsia. Como resultado, a Yarianis le diagnosticaron osteosarcoma, un cáncer de hueso.
Yamilka, quien es enfermera de cuidados intensivos, inmediatamente pensó lo peor.
"Me puse a llorar. Había perdido a mi mamá por cáncer y ahora tenía que enfrentar esto con mi hija", dijo.
Un viaje para el tratamiento
Los médicos en Puerto Rico le dijeron a Yarianis y a su familia que necesitaba buscar tratamiento cuanto antes. Fue referida a St. Jude.
“Nos explicaron que era un cáncer agresivo y que tendía, a veces, a expandirse a los pulmones… y allí pude saber un poquito más de la enfermedad. Todo fue tan rápido que no tuve tiempo de procesarlo, pero no fue algo que me desanimó”, dijo.
Yarianis se sentía esperanzada. A pesar de que estaría lejos de la mayoría de sus amigos y familiares, confiaba en que recibiría una buena atención en St. Jude.
"Cuando llegué a St. Jude, estaba segura de que recibiría el apoyo que necesitaba”, dijo.
En St. Jude, Yarianis se enteró de que el cáncer se había extendido a sus pulmones.
Debido a que la enfermedad había hecho metástasis en sus pulmones, el cáncer de Yarianis se consideró de alto riesgo. En abril de 2023, a los pocos días de su llegada a St. Jude, los cirujanos realizaron una resección pulmonar para extirpar el nódulo canceroso.
Yarianis también comenzó la quimioterapia a los pocos días de su llegada. La quimioterapia para el osteosarcoma tiene como objetivo tratar el tumor primario, así como prevenir nuevas enfermedades en los pulmones y otros huesos. En preparación para una eventual cirugía en su pierna izquierda, comenzó a asistir a sesiones de fisioterapia a principios de abril. La meta era aprender a prescindir de dicha para lograr una recuperación más rápida tras el procedimiento.
En julio de 2023, los médicos le extirparon el tumor, el hueso y el tejido circundante para finalmente colocarle un implante metálico en la pierna.
Después de décadas de avances en las técnicas quirúrgicas conservadoras de extremidades, aproximadamente entre el 90 y el 95 por ciento de los pacientes de St. Jude con osteosarcoma se someten a algún tipo de procedimiento de preservación de extremidades. A través de estos procedimientos, los cirujanos trabajan para extirpar los tumores sin dañar los nervios, los vasos sanguíneos y los órganos cercanos. Deben extirpar todo el cáncer, así como una pequeña área de tejido normal a su alrededor, para asegurarse de que no quede ninguna área afectada por la enfermedad. A través de injertos o implantes protésicos, como la prótesis de rodilla con bisagras que recibió Yarianis, los pacientes pueden usar su extremidad para actividades cotidianas como caminar y ayudar a mantener su calidad de vida después del tratamiento.
Los cirujanos del hospital de investigación continúan explorando nuevas técnicas de conservación de extremidades para mejorar la supervivencia y ayudar a los niños a llevar una vida normal después del tratamiento.
La operación de Yarianis fue un éxito, pero la recuperación fue dura.
"Durante la fisioterapia tuve que tomar medicamentos para ayudar con el dolor", dijo. "Creo que el dolor fue lo más difícil".
A pesar de todo, Yarianis se fijó metas. Siempre recordando la frase: “Seguir adelante. Un día a la vez”.
Al principio, la fisioterapia requería que hiciera ejercicios sentada o acostada. Luego comenzó a usar la bicicleta, y después empezó a movilizarse lentamente con fisioterapeutas a su lado. En octubre, tres meses después de la cirugía, Yarianis dio sus primeros pasos sola.
"Estaba muy emocionada de que iba a empezar a caminar", dijo.
Después de superar el desafío de subir las escaleras en diciembre durante unas breves vacaciones, Yarianis regresó a St. Jude para continuar con su tratamiento de fisioterapia y completar su quimioterapia. En febrero de 2024, regresó a casa y, a las pocas semanas, ya estaba de vuelta en la escuela. Sus compañeros la recibieron con los brazos abiertos, y en mayo se graduó de la escuela secundaria y disfrutó de su baile de graduación.
Los días de voleibol de Yarianis han quedado atrás, pero no ha abandonado la cancha por completo. Se está formando como entrenadora para asesorar a las jugadoras más jóvenes. Ya no tomará clases en Ohio, sin embargo, asistirá a una universidad en Puerto Rico. Igualmente, sus objetivos profesionales han cambiado: ahora aspira a obtener un título en fisioterapia. ¿Su sueño? Trabajar en St. Jude.
Sigue adelante. Un día a la vez.