“Me he transformado en un mejor ser humano gracias a St. Jude”

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Muchos niños se llenan de curiosidad al ver mariposas. 

Unos las persiguen.  

Otros las observan detenidamente.

Pero para Victoria, de 17 años, son un reflejo de su existencia.  

Cuenta que las mariposas la han acompañado a lo largo de toda su vida.

Se las encuentra alrededor de casa, en el parque, de camino a la escuela o cuando sale a correr. Nota su presencia incluso cuando está de viaje. 

“Me han seguido desde que era chiquita y, por más increíble que suene, siempre me encuentro una”, dijo esta joven artista de Florida cuya pasión es la pintura.

Sus obras decoran su hogar y en ellas ha plasmado su fascinación por las mariposas. 

“Representan algo muy mágico, ellas pasan por mucho: empiezan como orugas, crecen y se convierten en cosas hermosas”.

Así es como ella describe, además, su proceso de transformación personal después de haber sido diagnosticada en 2015 con un meningioma atípico, un tipo de tumor pediátrico raro que afecta el cerebro. Tras dos cirugías para eliminar la mayor cantidad posible del tumor, Victoria, que entonces tenía 9 años, fue remitida a St. Jude Children’s Research Hospital® en 2016 para recibir tratamiento adicional. 

“Fue muy difícil atravesar todo eso y ahora me siento en un momento de crecimiento y felicidad”, explicó.

Ese sentimiento se manifiesta de manera especial en una de sus creaciones: “La mariposa” – The journey of life (El camino de la vida)”. 

En la pintura se muestran dos mariposas, una grande y una pequeña. Las divide un arcoíris que representa su transformación.

“Al cruzar ese arcoíris, ya soy resiliente y estoy más abierta, porque cuando todo me pasó estaba triste, muy cerrada y sufriendo. Pero ahora hablo de mi experiencia para decirle a todos que aquí estoy”, detalló. 

El logo de St. Jude, que muestra a un niño pequeño con las manos abierta, también aparece en el cuadro, lo cual no es inusual en sus obras. “Incluí el logo porque St. Jude me salvó la vida”, dijo con una sonrisa.

Su madre, Damary, ha estado a su lado a cada paso del camino y afirma que St. Jude representó un antes y un después para su familia. Damary, a su vez, recordó cómo los médicos de St. Jude le brindaron una esperanza cuando su hija se encontraba en un estado de salud delicado. 

Luego le ofrecieron una solución: terapia de protones, procedimiento que usa estas partículas como fuente de energía, permitiendo que los médicos dirijan dosis altas de radiación hacia los tumores y minimicen el daño en las células sanas cercanas. Victoria cumplía con los criterios para ser inscrita en SJPROTON1, un estudio clínico que permitió a los investigadores evaluar el control del tumor, así como las complicaciones relacionadas con el tratamiento de pacientes sometidos a terapia con haz de protones.

Victoria se convirtió en una de las primeras pacientes en recibir este innovador tratamiento en St. Jude, que alberga el primer centro de terapia de protones dedicado a niños en todo el mundo. 

Los efectos secundarios en Victoria fueron mínimos, según Damary. Victoria logró continuar su educación a través de los programas académicos ofrecidos en St. Jude. 

“Me gustaba mucho ir a la escuela en el hospital, porque más bien me sentía en casa”, recordó Victoria. 

Recaudando fondos con su equipo

Aunque Victoria ha terminado el tratamiento. Ahora, está en proceso de transición a la Clínica de Seguimiento Después de la Terapia (ACT, por sus siglas en inglés) en St. Jude, donde continuará regresando anualmente para chequeos médicos. 

Durante los últimos años, madre e hija se han mantenido muy activas apoyando a St. Jude a través de eventos benéficos en diferentes estados. 

“Me he transformado en un mejor ser humano gracias a St. Jude. Y hemos acumulado recuerdos imborrables”, dijo Victoria. 

Juntas, han asistido a torneos de golf, galas y programas de radio en los que Victoria ha compartido su historia en público. 

“Ella disfruta mucho esos eventos para hablar de su experiencia ante celebridades y donantes”, dijo Damary. “Sabemos que es un esfuerzo necesario para mantener el hospital operando mientras cumple con su misión de salvar las vidas de niños en todo el mundo”. 

Este año, Victoria ha participado en varias caminatas a beneficio de St. Jude en Florida. Lo hizo con el equipo de amigos y familiares que la respaldan formando parte de “Team Victoria for St. Jude”. El grupo se formó cuando ella aún recibía tratamiento, ocho años atrás, y se reúne anualmente con el fin de recaudar fondos para la institución.

Con la mirada puesta en el futuro 

En 2025, Victoria planea asistir a la universidad y ya está decidida sobre cuál sería su siguiente paso.

Victoria, quien pronto cumplirá 10 años desde su diagnóstico, planea estudiar mercadeo y continuar tomando clases de pintura para perfeccionar sus técnicas. 

“Al graduarme quiero trabajar para St. Jude”, reveló.

Mientras tanto, seguirá apoyando los esfuerzos de concientización y las recaudaciones de fondos para el hospital de investigación.  

“De cualquier manera que pueda apoyar esta organización tan maravillosa es para mí un regalo de Dios. Y con mi experiencia me encantaría ayudar a otros niños”, dijo.