Travesuras y esperanza: La lucha contra el cáncer de Miguel

En medio de su segundo tratamiento en St. Jude, el paciente de 7 años sigue mostrando su espíritu juguetón y lleno de esperanza.

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Lily and Miguel live in Target House, a long-term apartment-style housing facility for St. Jude patients and their families located near the research hospital.

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Miguel asiste a clases en el programa escolar St. Jude Imagine Academy de Chili's, que garantiza que los pacientes tengan lo que necesitan para tener un buen desempeño en la escuela.

Recientemente, mientras Lily estaba en la cama con su hijo, Miguel, sintió algo pegajoso en su cabeza. Al examinarle el cabello aquella noche, notó algo de color azul.

Pronto se dio cuenta de que Miguel, a quien cariñosamente llama “Mikey”, se había untado el slime azul que había hecho en la clase de ciencias ese día. Sin pensarlo dos veces, uso unas toallitas que tenía a mano, delicadamente le desenredó los pocos mechones que le habían vuelto a crecer después de la quimioterapia. 

“¡Ay, Mikey!”, recordó haber dicho.

No pudo evitar sonreír. A pesar del caos y la frustración, Lily sintió agradecimiento por ese y muchos otros momentos similares que ha vivido con su único hijo. Con solo 7 años, Miguel ha estado bajo tratamiento de cáncer la mayor parte de su vida. Ha sido paciente de St. Jude Children's Research Hospital® desde que era un bebé. Cuando Miguel hace sus travesuras o no recoge sus juguetes porque está ocupado en otros asuntos, Lily siente que es un recordatorio de su espíritu juguetón, energía y resistencia. 

"Estoy agradecida de que esté aquí, de que se sienta bien, de que pueda hacer travesuras, y es una bendición", dijo. 

Miguel asiste a clases en el programa escolar St. Jude Imagine Academy de Chili's, que garantiza que los pacientes tengan lo que necesitan para tener un buen desempeño en la escuela.

Lily, quien dejó su trabajo para estar con Miguel durante su tratamiento, describe a su hijo como un niño fuerte, divertido y valiente. Ha sabido enfrentar su enfermedad con una sonrisa y una determinación inquebrantable. 

"Él es mi vida, mi inspiración y mi fortaleza", dijo. 

Cuando Miguel tenía cinco meses, sus fotos mostraban un brillo particular en sus ojos. Poco tiempo después, le diagnosticaron retinoblastoma bilateral. La retinoblastoma es un cáncer poco frecuente que afecta la retina, la membrana delgada en la parte posterior del ojo, cuya función es detectar la luz y el color, además de enviar mensajes al cerebro que posibiliten la visión.  

Su madre quedó devastada por la noticia.

"Recuerdo llorar mucho en el trabajo", contó. "Dije que, si mi hijo muere, moriré con él. No podía imaginar la vida sin él". 

Miguel asiste a clases en el programa escolar St. Jude Imagine Academy de Chili's, que garantiza que los pacientes tengan lo que necesitan para tener un buen desempeño en la escuela.

Miguel fue referido a St. Jude porque cumplía con los criterios para ser parte de un ensayo clínico denominado SJRET6. El ensayo tenía como objetivo evaluar la administración de quimioterapia directamente en el ojo durante los primeros dos ciclos de tratamiento en niños con tumores avanzados en uno o ambos ojos. En St. Jude tendría acceso a uno de los equipos más grandes del mundo dedicado al tratamiento del retinoblastoma pediátrico, que incluía a los especialistas (oncólogos, cirujanos, oftalmólogos pediátricos, especialistas en radioterapia, terapeutas ocupacionales y más) necesarios para su tratamiento y recuperación.  

Lily recordó que cuando llegó por primera vez a St. Jude, le preocupaba cómo iba a pagar el costo del tratamiento y su estadía en Memphis. Recuerda haber tenido una conversación con su padre, que vive en México, tras el diagnóstico de Miguel. Su papá le prometió que vendería su casa y su auto para pagar el tratamiento de su nieto. Pero para su alivio, Lily y su familia pronto se enteraron de que las familias nunca reciben una factura de St. Jude por tratamiento, transporte, hospedaje ni alimentación.  

En el hospital de investigación, una enfermera también la tranquilizó sobre el tratamiento de Miguel.

"Sentí mucho alivio, mucha paz", dijo Lily. "Recuerdo que la enfermera me dijo que iban a cuidar a Mikey, y me lo dijo de una manera que yo creía y lo sigo creyendo, porque han pasado 7 años y seguimos aquí".  

En St. Jude, los médicos se embarcaron en una batalla incesante para salvar los dos ojos de Miguel y ayudarle a mantener su salud en general. Debido a que St. Jude trata al paciente, en lugar de la enfermedad, los médicos de Miguel utilizaron una combinación de quimioterapia, tratamiento con láser y crioterapia para combatir su condición. Además de estos tratamientos, Miguel también recibió terapias físicas, ocupacionales y del habla para apoyarlo durante su crecimiento.

Gracias a la atención que recibió en St. Jude, la visión de Miguel se conservó en uno de sus ojos, confirmó su mamá. 

"Siempre estaré muy agradecida con St. Jude", dijo. "Es muy triste lo que hemos pasado con Mikey, pero es una bendición estar aquí, y St. Jude siempre significará esperanza para mí". 

Miguel terminó el tratamiento contra el cáncer de ojo en 2020 y solo regresaba a St. Jude para chequeos y exámenes regulares. 

Un segundo cáncer

Cuando regresó a casa en Texas, Miguel reanudó su vida y poco a poco se acostumbró a una nueva normalidad. Amante de los alimentos saludables, como frutas y verduras, Miguel se iba desarrollando de manera óptima. Comenzó la escuela y jugaba fútbol. Mostraba su personalidad extrovertida, haciendo amigos con facilidad.  

Miguel asiste a clases en el programa escolar St. Jude Imagine Academy de Chili's, que garantiza que los pacientes tengan lo que necesitan para tener un buen desempeño en la escuela.

Pero una noche de primavera en 2024, Lily notó algo extraño en la mejilla derecha de Miguel. Era un abultamiento cerca de la oreja derecha. Preocupada, lo llevó a su pediatra. Varios exámenes revelaron la presencia de un tumor. Miguel regresó a St. Jude.

En St. Jude, a Miguel le diagnosticaron rabdomiosarcoma, un tipo de tumor canceroso que se desarrolla en los tejidos blandos. El tumor se localizaba en el lado derecho de su cara. El tratamiento para el nuevo cáncer comenzó con quimioterapia para así facilitar la operación quirúrgica y disminuir los riesgos de desfiguración. Después de 3 ciclos de quimioterapia, Miguel se sometió a una cirugía en agosto de 2024 para extirpar el tumor. Miguel sigue en tratamiento en Memphis, y su tratamiento incluye un año más de quimioterapia. 

"El hospital para él no es algo traumático... se siente muy cómodo y se siente amado aquí en St. Jude", dijo Lily. 

De hecho, agregó, muchas de las veces que Miguel se encuentra con la silueta de un niño en el logotipo de St. Jude, piensa que es él.  

Miguel asiste a clases en el programa escolar St. Jude Imagine Academy de Chili's, que garantiza que los pacientes tengan lo que necesitan para tener un buen desempeño en la escuela.

Lily y Miguel viven en Target House, una de las casas de acogida donde los pacientes de St. Jude y sus familias pueden hospedarse a largo plazo, cerca del campus del hospital.

Cuando Miguel se siente con energía, a Lily le gusta aprovechar al máximo su tiempo juntos planificando actividades. Hacen excursiones a lugares turísticos como Graceland, la icónica mansión de Elvis Presley en Memphis; visitan el zoológico local, o van a los museos y a una pirámide con una fachada de cristal, que es otro símbolo de la ciudad. 

“No me gusta tenerlo encerrado aquí; yo quiero que tenga lo más posible una vida normal”.

En el otoño de 2024, Miguel celebró su cumpleaños número 7 junto a varios amigos en Target House, donde disfrutó de una lluvia de dulces de colores que cayeron de una piñata, uno de los mejores momentos de la fiesta, según su madre. Durante Halloween, una de sus celebraciones favoritas, Miguel se disfrazó de “Buddy”, un gato anaranjado que es uno de los personajes de la serie animada SuperKitties. 

Miguel asiste a clases a través del programa escolar de St. Jude, “Imagine Academy by Chili's”, que se asegura de preparar a los pacientes para su éxito escolar. Su madre afirma con orgullo que Miguel sobresale en matemáticas y que ya puede resolver problemas a un nivel de tercer grado. También le gusta la ciencia y hacer experimentos como el slime. Aparte de jugar al fútbol, disfruta andar en bicicleta y visitar parques acuáticos. 

Miguel a veces habla de sus sueños a futuro, incluso de convertirse en papá algún día. Lily tiene sus propios anhelos para su hijo.  

"Quiero que crezca, que termine la escuela y forme una familia", dijo Lily. "Sobre todo, quiero que sea feliz y que ayude a los demás, porque si hace eso, todo lo demás saldrá bien".

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