Relatos de papás de St. Jude: Barry, padre de Luke.
Barry se dio cuenta de que tendría que ser más fuerte de lo que jamás imaginó por su hijo Luke.
21 de mayo de 2024 • 4 mínimo
Español | English
Pocas cosas asustan a Barry, un veterano de la policía estatal de Luisiana. Pero cuando descubrió que su hijo de 14 años, Luke, tenía un tumor cerebral cancerígeno, se sintió aterrorizado.
Al comunicárselo a Luke, sostenía el rostro de su hijo entre sus manos y ambos empezaron a llorar. Barry entendió que necesitaría una clase de fortaleza que nunca imaginó posible.
“Sabía que debía hallar algo dentro de mí que lo impulsara a superar esto”, dijo Barry. “Él necesitaba ser fuerte, necesitaba luchar, por lo tanto, yo debía ser aún más fuerte.”
Barry tiene siete hijos, cuyas edades oscilan entre los 8 y los 23 años. Los abraza y besa a todos, sin importar si se sienten avergonzados.
Cuando Luke fue remitido a St. Jude Children’s Research Hospital® para su tratamiento, Barry estuvo presente en cada etapa. Seis semanas de radioterapia. Cuatro meses de quimioterapia.
Disfrutaron de películas cómicas, repitiendo las frases más ingeniosas de cada filme durante días. También les gustaba intercambiar chistes.
Eso es lo más importante que un padre puede hacer: estar presente.
Y también lo hacía con sus otros hijos.
Aunque la lucha libre no es de su interés, Barry asistía a las peleas de su hijo Amos. Conducía horas para ver la actuación de cinco minutos de su hija Evie en la banda musical de su escuela.
“Quiero que sepan que me importan las cosas que a ellos les importan”, dijo Barry, quien se jubiló el año pasado tras casi 30 años de servicio policial. Ahora trabaja como agente ferroviario.
Luke, mientras tanto, ya cumplió 17 años, está sano e incluso juega al fútbol. Su padre no se pierde ni un solo partido.
Barry espera que sus hijos recuerden su dedicación.
“Quiero que recuerden que siempre fui su mayor admirador.”
Lea más sobre Barry y Luke aquí.