Mujeres Extraordinarias: Mary Browder

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A los 10 años, Mary Browder aprendió una lección crucial mientras luchaba contra el linfoma de Hodgkin en St. Jude Children’s Research Hospital: no permitir que las circunstancias la definieran. 

"Gracias a eso, realmente puedo ver más el lado positivo de las cosas, y eso ha hecho que la vida sea mucho más agradable", dijo.  

Hoy, una década después, Mary Browder brilla con luz propia como estudiante de tercer año en la universidad de Sewanee. Ha figurado en la lista de honor por cinco semestres consecutivos, mientras se especializa en español y matemáticas.

Mary Browder es también una galardonada deportista que practica golf todos los días. Comenzó a jugar mientras estaba recibiendo tratamiento contra el cáncer. Entre quimioterapias, regresaba a casa en Kentucky y recibía lecciones de parte de su padre. 

El golf era como terapia. Con un sistema inmunológico comprometido, Mary Browder estaba más preparada para una actividad individual que para un deporte de equipo. Luego comenzó a jugar el golf competitivamente. 

En su último año de secundaria, la incluyeron en un importante equipo estatal. También ha participado en varios eventos de golf a beneficio de St. Jude, incluido el FedEx St. Jude Championship. 

Como estudiante de primer año en la universidad, se unió a la lista de Sewanee Women's Golf, un sueño hecho realidad. Aunque no tiene planes de convertirse en una profesional, reconoce que el golf será un deporte que la acompañará siempre. 

“Es una actividad que me une a otros, por eso la hago con mi familia”, dijo.

Además de su pasión por el golf, Mary Browder se involucra en otras actividades extracurriculares en la universidad. Pertenece a una sororidad estudiantil, se desempeña como guía turística del campus y también es instructora de kayak. 

“Una gran parte de por qué elegí Sewanee fue porque podía involucrarme en actividades fuera del aula”, dijo.

Pero eso no es todo.  Mary Browder también es copresidenta de la organización Sewanee for St. Jude, la cual ha recaudado más de 60,000 dólares para el hospital de investigación en los últimos dos años.   

“Voy a todas las organizaciones de fraternidades y hermandades universitarias y comparto mi historia”, explicó Mary Browder.

Su valiente testimonio inspira a otros a unirse a la lucha contra el cáncer y a apoyar a St. Jude. Y aunque aún no ha decidido qué carrera seguirá después de la universidad, ya tiene grandes sueños. Anhela vivir en el extranjero durante uno o dos años después de graduarse. Quizás vaya Italia, un lugar que ya ha visitado, o tal vez un país donde pueda perfeccionar su español. 

Por ahora, se mantiene entusiasmada ante las infinitas posibilidades, mientras se alista para iniciar la travesía que recorrerá al culminar sus estudios.