Mujeres Extraordinarias: Hayley Arceneaux

Ni siquiera el cielo es el límite para Hayley Arceneaux. La vida es una gran aventura para esta paciente de St. Jude, quien es auxiliar médica y astronauta

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Hayley Arceneaux comprueba la frecuencia cardíaca de un paciente en el St. Jude Children's Research Hospital

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Hayley Arceneaux todavía tiene momentos en los que se repite: “No puedo creer que haya ido al espacio”.

Tenía apenas 10 años cuando le diagnosticaron un cáncer de hueso en su pierna izquierda. El tratamiento en St. Jude Children’s Research Hospital incluyó quimioterapia y una cirugía para reemplazar su rodilla. Los médicos le colocaron una varilla de titanio en su muslo.

 Hayley Arceneaux abre los brazos de alegría en su último día de quimioterapia para el cáncer infantil

Hayley Arceneaux abre los brazos de alegría en su último día de quimioterapia para el cáncer infantil.

Hayley superó todo con el apoyo de su familia y el personal de St. Jude, mientras descubría cuál era su misión en la vida.

En 2014, se graduó de la universidad con una licenciatura en español. Dos años más tarde, completó un programa para ser auxiliar médica. Había conseguido su trabajo soñado en St. Jude y había estado trabajando con pacientes durante un año cuando la eligieron para viajar al espacio. 

El Inspiration4 de SpaceX, el primer viaje orbital totalmente civil, se lanzó el 15 de septiembre de 2021. Orbitó durante tres díasm amerizar en el océano Atlántico, recaudando $250 millones para St. Jude.

A los 29 años, Hayley se convirtió en la estadounidense más joven en orbitar la Tierra, la primera sobreviviente de cáncer pediátrico en ir al espacio y la primera astronauta con una prótesis, lo que la llevó a aparecer en la portada de la revista Time y en el Guinness World Records 2023.

Hayley estaba emocionada por ir al espacio, pero también le intimidaba el viaje. “Sabía que tenía mucho que aprender”, dijo durante un evento en 2022 donde se ponía en circulación su libro autobiográfico, “Wild Ride: A Memoir of IV Drips and Rocket Ships”.

Durante seis meses, Hayley se sometió a un entrenamiento extenuante: escaló el monte Rainier en el estado de Washington (a 14,100 pies de altura); tuvo semanas de estudio; simulaciones en una centrifugadora y vuelos de gravedad cero. 

Hayley llegó a preocuparse por su pierna. “Nunca quise parecer débil por mi condición”, dijo.

Su relación con su pierna es complicada y ha ido cambiando con el tiempo.

“En la escuela secundaria, no quieres ser diferente”, dijo Hayley. Ocultaba su pierna cicatrizada y pensaba: “Ésta es mi pierna mala”. Con los años, Hayley entendió que eso no le impedía lograr sus objetivos.

“Tengo dos piernas buenas”, afirmó. En efecto, la llevan a todas partes. 

Desde el espacio, Hayley habló con pacientes de St. Jude a través de una transmisión en vivo. En St. Jude, los pacientes suelen decirle que quieren ser auxiliares médicos y astronautas. Ella les dice que pueden lograr lo que se propongan.

 Hayley Arceneaux en una nave espacial, con el espacio al fondo. Sostiene una fotografía de ella misma como paciente de cáncer infantil.

Hayley Arceneaux en una nave espacial, con el espacio al fondo. Sostiene una fotografía de ella misma como paciente de cáncer infantil.

“Me encanta tener la oportunidad de compartir mi experiencia con mis pacientes y mostrarles que la vida después del cáncer puede estar llena de sueños cumplidos, dentro o fuera del planeta”, dijo Hayley.

 

Al ver la Tierra desde el espacio, Hayley sintió algo muy especial. “Miré el planeta y tuve una sensación de comunidad con todo el mundo”, dijo.

Hayley comenzó a viajar desde niña para compartir su historia en St. Jude.

“La vida es corta”, dijo Hayley. Lo aprendió temprano. “Creo que eso es lo que me impulsa a viajar tanto como lo hago”. Ha visitado siete continentes y 35 países.

“Te cambia”, dijo Hayley. Ir al espacio también tuvo ese efecto. “Simplemente me he vuelto más yo”, afirmó. Más fuerte y más segura. 

“Lo que más me ha sorprendido de la vida después de visitar espacio es lo maravillosamente normal que es mi vida de nuevo”, dijo Hayley.

Al regresar a St. Jude, Hayley dijo: “Sólo me reafirmó que estoy donde debo estar”.

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