Emotivo reencuentro de gemelas tras tratamiento en St. Jude

Pasaron 21 meses sin verse. Hoy, una de ellas está aprendiendo a caminar nuevamente mientras su hermana le brinda apoyo incondicional

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Paciente de St. Jude Janelle, diagnosticada con meduloblastoma

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A sólo pasos de entrar a su hogar, Génesis tomó una pausa, se agachó y abrió los brazos para recibir a su hija Amalia. La pequeña llegó corriendo con una gran sonrisa y saltó a su encuentro. A Génesis le corrían lágrimas de emoción por su rostro mientras besaba y abrazaba a su hija. Era la primera vez que se veían en casi dos años.

Génesis y su esposo, Jan Louis, estaban finalmente juntos con sus hijas gemelas, Janelle y Amalia, bajo el mismo techo en Puerto Rico. A sus tres años de edad, las niñas estaban unidas nuevamente después de haberse separado en 2021, cuando a Janelle le diagnosticaron cáncer cerebral. En aquél entonces, la niña y sus padres viajaron a más de 3200 kilómetros para llegar a St. Jude Children’s Research Hospital. Amalia se quedó en la isla con sus abuelos. 

Paciente de St. Jude Janelle, diagnosticada con meduloblastoma

“Nuestra mayor misión era reunirlas a ellas dos, pero también llegar a nuestra casa y ver a nuestra familia”, dijo Génesis. “Era como si estuviéramos aguantando la respiración y, por fin, poder respirar de nuevo”.

“¡Mira, ésa es Janelle!”, le dijeron a Amalia, quien veía a su hermana con curiosidad luego de tanto tiempo. 

Más tarde, Amalia saludó a su gemela y trató de chocar su mano, pero Janelle, demasiado cansada por el viaje, no pudo devolverle el gesto.

Meses después, los padres se deleitan al escuchar a las niñas mientras juegan, escuchan música o hacen travesuras juntas. Son recordatorios diarios de que sus vidas están volviendo a la normalidad. Las gemelas son muy enérgicas, según sus padres, aunque Janelle continúa recuperándose y todavía está aprendiendo a hablar y caminar. A menudo se le puede ver sosteniendo la mano de un adulto para poder coordinar sus pasos. Mientras tanto, el vocabulario y la personalidad de Amalia parecen desarrollarse cada vez más. 

“Janelle está aprendiendo de su hermana, y Amalia de Janelle. Es muy satisfactorio para nosotros como padres; no podemos pedir nada más”, dijo Génesis.

Bendiciones por partida doble 

Al nacer, Janelle y Amalia se convirtieron en dos grandes bendiciones para su familia. Cuando les dijeron que esperaban a dos niñas en vez de una, la pareja quedó sorprendida y feliz. Aunque ya tenían gemelos en la familia, los últimos habían nacido dos décadas atrás.

Después de su nacimiento, Janelle y Amalia fueron adoradas tanto por sus padres como por sus abuelos. Siempre tenían a alguien dispuesto a alimentarlas, abrazarlas y besarlas. 

Génesis y Jan Louis notaron las diferentes personalidades de sus hijas y, sin compararlas, sentían orgullo.

Paciente de St. Jude Janelle, diagnosticada con meduloblastoma

Tras el primer cumpleaños, las gemelas comenzaron a sentarse por sí solas y a ponerse de pie. Luego daban pequeños pasos para pasar de un mueble a otro con la ayuda de sus padres. 

Sin embargo, lentamente, Janelle empezó a retroceder ante la mirada de sus familiares.

Ya no se sentaba. Sólo se inclinaba o se caía. Lo mismo ocurría cuando estaba de pie. Poco después, empezó a vomitar hasta que se desmayó. 

La tomografía que le tomaron en el hospital revelaba un tumor del tamaño de una pelota de golf. Estaba alojado en su cerebro y era canceroso: un meduloblastoma localizado en la base del cráneo.

Génesis y Jan Louis sintieron que todo su mundo se desmoronaba. 

"Nos miramos y sentimos que esto no era real, que esto no podía estar sucediendo, mi hija no puede tener cáncer", recordó Jan Louis. “Le pedía a Dios que me diera [el cáncer]. Prefiero dar mi vida por mis hijas que pasar un día viéndolas sufrir por algo tan desastroso como el cáncer”.

Janelle se sometió a una cirugía de 14 horas en Puerto Rico para extirpar el tumor. Como necesitaría tratamiento adicional, la refirieron a St. Jude. Génesis y Jan Louis conocían los avances científicos logrados en el hospital de investigación, en parte porque el padre de Génesis, Jaime, había sido donante durante mucho tiempo.  

Los tratamientos descubiertos y desarrollados en St. Jude han ayudado a incrementar la tasa de supervivencia del cáncer infantil de un 20 por ciento, cuando el hospital abrió sus puertas en 1962, a un 80 por ciento en la actualidad.

“Escuchamos cosas buenas sobre St. Jude y si tuviéramos la oportunidad de tratarla allí, ella tendría un poco más de posibilidades”, dijo Génesis. 

Una semana después del diagnóstico de Janelle, sus padres empacaron sus maletas y viajaron a St. Jude.

Paciente de St. Jude Janelle, diagnosticada con meduloblastoma

Génesis nunca había estado alejada de Amalia ni de sus padres por largo tiempo. Sentía que había dejado su red de apoyo en Puerto Rico, puesto que ni ella ni su marido conocían a nadie en Memphis, ciudad donde se ubica el hospital. 

Lo que la pareja sí sabía es que St. Jude había tratado a niños con el mismo tipo de cáncer cerebral. Las investigaciones clínicas que se están llevando a cabo en St. Jude para el tratamiento de estos tumores son pioneras en determinar qué tipo de meduloblastoma tiene cada niño y qué tan agresivo es el cáncer. La terapia luego se basa en estos resultados y se adecua al tumor de cada paciente.

A Génesis le preocupaba cómo reaccionaría Janelle al tratamiento. 

“Lo más difícil que pasamos en St. Jude es no saber lo que íbamos a enfrentar”, dijo esta madre.

En St. Jude Janelle recibió quimioterapia durante 16 meses y unas seis semanas de radioterapia de protones. 

Nunca fueron de visita a Puerto Rico durante ese tiempo porque no querían exponer a Janelle a una enfermedad, ya que su sistema inmunológico estaba muy delicado.  Cuando llegaron a St. Jude, se mantenían vigentes las medidas restrictivas de la pandemia del COVID-19.

Mientras Janelle se sometía a tratamiento, Génesis y Jan Louis se mantuvieron conectados con su familia y con Amalia a través de videollamadas. Janelle también recibió terapia física y ocupacional, así como terapia del habla en St. Jude.  

A medida que pasaban las semanas y los meses, sus padres observaron cómo sus hijas crecían de maneras diferentes.

Cuando los médicos les dijeron a los padres de Janelle que no había evidencia de enfermedad, se prepararon para regresar a Puerto Rico. 

Paciente de St. Jude Janelle, diagnosticada con meduloblastoma

Cuando los padres de Génesis, Jaime e Irma, se enteraron de que Janelle regresaría, planearon una celebración. Esperaron a la pareja en su casa con una comida tradicional puertorriqueña. El menú incluía arroz con gandules y pernil de cerdo.

La celebración inundaba toda la casa. Incluso Abby, la mascota de la familia, también participó de la celebración, moviendo la cola para mostrar su emoción al ver a sus dueños nuevamente. 

Nadie sabe cuánto tiempo llevará la recuperación de Janelle ni qué efectos podría tener a largo plazo, pero sus padres notan los avances cada día que pasa. Y con la ayuda de St. Jude, la pequeña se mantiene asistiendo a sus diferentes terapias.

Génesis y Jan Louis dijeron que, al principio, cuando salieron de Puerto Rico, tenían miedo de partir. En cambio, a la hora de volver, manifestaron no querer estar lejos de los médicos y enfermeras de St. Jude, quienes se habían convertido en su nueva red de apoyo. Pero sabían que también era hora de irse y retomar la vida que habían dejado atrás con sus niñas. 

"Me da mucha alegría poder verlas juntas, jugando juntas, acurrucándose para dormir”, dijo Génesis.  Siento que nuestras oraciones fueron escuchadas, y poder reunir a Janelle con su hermana, aparte de que Janelle estuviese curada, fue uno de mis mayores deseos. Creo que eso me basta para toda la vida”, dijo Génesis.

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