En honor al Día de Reyes
Valentina, paciente de St. Jude, y su familia comparten una rosca de Reyes mientras crean recuerdos.
20 de diciembre de 2024 • 2 mínimo
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Cada año, en la víspera del 6 de enero, María Antonieta y Javier transforman su casa de Tennessee en un refugio de anticipación para la visita nocturna de los Reyes Magos. Las botitas navideñas de sus hijas, Gretel Valentina y Naomi, las que días antes estaban llenas de regalos de Navidad, ahora están listas para recibir los pequeños regalos que los Reyes Magos dejarán para ellas.
En la quietud de la madrugada y antes de que comience el día escolar, Naomi y Valentina, a la que llaman cariñosamente por su segundo nombre, descubren los tesoros que quedan en sus botitas. Las sonrisas adornan sus rostros mientras descubren las pequeñas sorpresas.
Después de la escuela, la familia se prepara para una tradición de familia con raíces en México, donde nacieron María Antonieta y Javier. Abuelos, tías y tíos se reúnen en su casa, llenándola de risas y calidez. La pieza central de la celebración es la rosca de Reyes, un pastel en el que se esconde una figura de plástico del Niño Jesús, un símbolo de la festividad.
"La rosca de Reyes significa la adoración de los Reyes Magos al Niño Jesús", explica María Antonieta.
A medida que se corta y distribuye el pastel, cada miembro de la familia toma un pedazo con una mezcla de emoción e inquietud. El miembro de la familia que encuentre al Niño Jesús en su pedazo de pastel tendrá que organizar una reunión unas semanas después, el 2 de febrero, donde se brindarán tamales. Esta tradición, rica en significado y alegría, vuelve a reunir la familia para crear más recuerdos.
"Serán tamales con ponche, o algo mexicano", dijo María Antonieta. "Es una pequeña celebración y eso es lo que hacemos".
A Valentina le encanta el ambiente festivo. Poco después de nacer, le diagnosticaron leucomalacia periventricular (PVL), una lesión en la materia blanca del cerebro cerca de los ventrículos. También fue diagnosticada con microcefalia, una afección en la que la cabeza de un bebé es más pequeña de lo esperado. Años más tarde, a los 4 años, Valentina fue diagnosticada con leucemia y referida a St. Jude Children's Research Hospital® para recibir tratamiento. Terminó el tratamiento en 2022 y se encuentra bien.
A pesar de sus condiciones de salud, Valentina participa con alegría en las tradiciones familiares. Aunque Valentina no puede comer pastel por sus condiciones médicas, ya le ha tocado el Niño Jesús en el pasado, al igual que a su hermana.
"A mi hija mayor le encanta, y a veces le hemos comprado un pastel para que lo lleve a la escuela", dijo María Antonieta. "Le gusta compartir con sus compañeros de clase".