St. Jude vuelve al espacio en su esfuerzo por salvar a más niños en todo el mundo

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La tripulación de Polaris Dawn se esforzará por volar más lejos de lo que cualquier humano haya viajado desde el lanzamiento de Apolo 17, en 1972, con tal de descubrir algunos de los misterios del universo. La nueva misión, pautada para el 2024, amplía los horizontes de los viajes espaciales comerciales y beneficia tanto la investigación como los esfuerzos globales de St. Jude Children's Research Hospital®.

Recientemente, la tripulación recorrió el campus de St. Jude en Memphis, lo que les permitió conocer las instalaciones de investigación que fueron financiadas en parte por la misión Inspiration4. Al mismo tiempo, se les mostró las similitudes entre las misiones de Polaris Dawn y St. Jude, entendiendo que, mientras se entrenan para buscar información más allá de nuestro planeta, los científicos que conocieron en el campus pasarán sus días dirigiendo su mirada hacia el interior del cuerpo humano, al cual describen como un universo lleno de misterio y esperanza. 

“Aunque entendemos poco sobre los mundos más allá del nuestro, hay mucho que todavía no entendemos sobre nuestros cuerpos”, dijo el comandante de la misión, filántropo y socio de St. Jude, Jared Isaacman. “Recorrer el Centro de Investigación Avanzada Inspiration4 realmente reconfirmó para mí la importancia de St. Jude, su misión y todo lo que se está tratando de lograr”.

Al recorrer los laboratorios en el espacio colaborativo, los miembros del equipo vieron de primera mano el trabajo que están haciendo los investigadores de St. Jude para comprender cómo crecen y se comportan los tumores mientras se ponen a prueba nuevos tratamientos.

La visita fue, además, un recordatorio importante de “cuánto trabajo está en marcha y cuán innovador es”, dijo Isaacman.

En un momento particularmente conmovedor, los miembros de la tripulación se reunieron con cuatro expacientes que tenían curiosidad sobre cómo se siente explorar el espacio. Charlaron mientras pintaban cohetes en azules brillantes, naranjas y amarillos. Isaacman le dijo con entusiasmo a uno de ellos llamado Tyler cómo la gravedad cero "se siente como si estuvieras colgando boca abajo de tu cama". Otro miembro de la tripulación, Scott “Kidd” Poteet, les dijo a los niños, “ustedes son una inspiración para nosotros”, y les regaló souvenirs de Polaris Dawn.

La empresa de transporte espacial SpaceX lanzará la nave espacial Dragon y a la tripulación Polaris Dawn desde el Centro Espacial Kennedy, ubicado en Florida. El lanzamiento se realizará en el primer cuatrimestre de 2024De hecho, la tripulación volará al espacio en la misma nave espacial dirigida por Isaacman durante la misión Inspiration4 en septiembre de 2021, cuya recaudación para St. Jude superó los 250 millones de dólares.

Richard C. Shadyac Jr., presidente y director ejecutivo de ALSAC —la organización de recaudación de fondos y concientización de St. Jude— también conoció al equipo y les compartió la historia del hospital desde su apertura en febrero de 1962. Shadyac llamó a Isaacman "un líder altruista y humanitario" por combinar su trabajo en la exploración espacial y la filantropía.

Les contó cómo al fundador Danny Thomas le llegaron a decir que su idea era una tontería y algo imposible por querer abrir una institución de este tipo en el sur del país, capaz de ofrecer atención médica para niños, independientemente de su raza, religión o etnia en un momento de segregación racial. Thomas lo hizo de todos modos. Seis décadas después, St. Jude es pionero en la investigación de la enfermedad causada por las células falciformes y también por aumentar la tasa de supervivencia en pacientes con leucemia linfoblástica aguda (LLA) —el tipo más común de cáncer infantil— del 4 por ciento al 94 por ciento.

“Ésta es la misión que ustedes ayudan a cumplir hoy. Empujar los límites. Eso es lo que hacemos aquí también”, le dijo Shadyac a la tripulación.

“Estamos tratando de buscar otras maneras de aprovechar esta asociación con St. Jude y hacer más por todos”, dijo Poteet.

Conoce la tripulación de Polaris Dawn

Scott "Kidd" Poteet, piloto de la misión

Durante 20 años perteneció a la Fuerza Aérea pilotando aviones de combate. Pero jamás imaginó viajar al espacio. “Nunca pensé que tendría la aptitud para convertirme en uno de esos astronautas de élite”, dijo Poteet. “Pero, ya sabes, las cosas suceden por una razón. Voy a hacer que cada momento cuente”.

Sarah Gillis, especialista en misiones

Gillis recuerda que de niña disfrutaba observar el cielo estrellado. Primero se formó como ingeniera aeroespacial, luego se convirtió en ingeniera principal de operaciones espaciales en SpaceX. “Espero ser un ejemplo a seguir para muchas niñas pequeñas que están mirando las estrellas”, dijo Gillis

Anna Menon, especialista de misión y oficial médica

Quiso ser astronauta desde que visitó un centro espacial de la NASA a los 9 años. En SpaceX está a cargo del desarrollo de las operaciones de la tripulación. "Es de vital importancia que no solo fomentemos la tecnología y la innovación a medida que buscamos comprender mejor las estrellas, sino que también ayudemos en la Tierra mientras lo hacemos", dijo Menon.

Formando un equipo

Los miembros de la tripulación han pasado los últimos meses conociéndose y entrenando juntos, lo que incluyó bucear y escalar el volcán Cotopaxi en Ecuador.

Las actividades sumergieron al equipo en un ambiente austero con cierto grado de riesgo. Y esto, según Poteet, no es “muy diferente a lo que podrían enfrentar en el espacio”, obligando así a los miembros que provienen de diferentes orígenes y carreras a trabajar juntos como un equipo.

"Estamos alineados con nuestra iniciativa global para mejorar la vida aquí en la Tierra, así como aventurarnos entre las estrellas", dijo Poteet. "Esa verdadera pasión que vemos en St. Jude nos inspira".