Sobre el dolor
Es probable que un niño con cáncer u otra enfermedad que se trata en St. Jude en ocasiones sufra dolores. El dolor puede impedir que su hijo esté activo, que duerma bien, disfrute de la familia y los amigos e incluso que coma. El dolor también puede hacer que su hijo sienta miedo o se sienta deprimido. Cuando su hijo sufre dolor, es importante que tenga una sensación de control sobre el dolor. Afortunadamente, cuanto más conozca sobre el dolor, mejor podrá ayudar a su hijo. Es importante que conozca el tipo de dolor que tiene, qué afecta el dolor y la mejor manera de ayudarlo a sobrellevarlo. En lugar de dejar que su niño se sienta impotente, puede ayudarlo a aprender técnicas que lo ayudarán a disminuir el dolor.
Si su hijo siente dolor, es muy importante que se lo comunique al médico o a la enfermera lo antes posible. Con tratamiento, gran parte del dolor puede reducirse con facilidad. Si para el médico es difícil aliviar el dolor, St. Jude tiene un grupo especial de personas que puede ayudar, el Servicio de Manejo del Dolor, también llamado el Equipo de Dolor, puede ayudarlo en St. Jude. Se los puede llamar en cualquier momento, de día o de noche, para que lo ayuden a tratar el dolor.
¿Por qué se produce el dolor?
El dolor puede tener diferentes causas. Gran parte del dolor a causa del cáncer aparece cuando un tumor presiona los huesos, los nervios o los órganos del cuerpo. El tratamiento de una enfermedad también puede causar dolor. Es posible que su hijo también tenga dolores que no estén relacionados con la enfermedad o su tratamiento. Como todas las personas, puede tener dolores de cabeza, distensión muscular y otras molestias y dolores. Debe consultar con el médico o la enfermera de su hijo sobre lo que debe hacer para las molestias y dolores diarios antes de darle más medicamentos.
- Dolor relacionado con un procedimiento, tratamiento o exámenes tales como terapias IV, inyecciones y punciones lumbares (punción de médula): Generalmente se localiza en el lugar del procedimiento. Si a su hijo se le está realizando un procedimiento como la inserción de una aguja en una vena, una inyección o una punción lumbar (punción de médula), pregúntele a su médico o enfermera sobre el uso de un medicamento anestésico.
- Dolor relacionado con el cáncer o su tratamiento: El dolor producido por un tumor que ejerce presión sobre las partes del cuerpo puede reducirse al utilizar ciertos medicamentos denominados analgésicos. Si su hijo necesita que le realicen una cirugía o si sufre los efectos secundarios de la quimioterapia o radioterapia, el médico del niño o la enfermera le dirán cuáles son los medicamentos que mejor funcionan para el tipo de dolor que el niño está sintiendo. Si su niño describe el dolor usando términos como “hormigueo”, “punzante” o “como agujas”, su médico puede prescribirle medicamentos específicos para disminuir el dolor que involucra los nervios.
Evaluación del dolor
Si su hijo siente dolor, puede:
- Quejarse por el dolor
- Llorar, gemir, estar irritable o abstraerse en silencio
- Estar inquieto o no querer moverse para nada
- Sostener o proteger el área que le molesta
- No comer ni beber como lo hace normalmente
- Tener problemas para dormir o dormir demasiado para evitar el dolor
El médico y la enfermera le pedirán a su hijo que les cuente cuánto dolor siente usando uno de los tres métodos:
1. La escala de CARAS para calificar el dolor:
2. Si su hijo ya es mayor, se le puede pedir que califique el dolor de 0 a 10 sin utilizar la escala de CARAS para calificar el dolor.
3. Si su hijo es muy pequeño para calificar el dolor, el médico o la enfermera usarán una escala (llamada FLACC) cuando observan las conductas que puedan significar que el niño siente dolor.
Usted conoce a su hijo mejor que ninguna otra persona, por lo mismo informe al médico o a la enfermera si observa que su hijo se comporta diferente a lo normal. Converse con su hijo sobre lo que siente y piensa.
- Los pensamientos de su hijo sobre lo que escucha son importantes. (“Me dijeron que iba a doler la última vez así que va a doler esta vez también”).
- Las creencias que ha aprendido influyen lo que el niño le cuenta a usted sobre el dolor. (“Soy grande y los grandes no lloran”).
- Las emociones influyen en la intensidad del dolor. (“¿Dónde está mi mamá? Tengo miedo sin mi mamá”)
- Las actitudes de otras personas también cumplen un papel. (“Se supone que va a doler aunque sea un poco”).
Tenga cuidado de no reforzar pensamientos, creencias, emociones y actitudes negativas. Estas son algunas respuestas útiles para el dolor de su hijo:
- Infórmele a su hijo lo que le sucede, si quiere saberlo.
- Admita el dolor; no lo minimice ni lo niegue.
- Tenga contacto físico con su hijo. Sosténgale la mano o abrácelo.
- Si es posible, quédese con su niño hasta que controle el dolor.
- Converse sobre los pasos positivos que se están tomando para disminuir el dolor.
- Ayude a su hijo a hacer algo para que el dolor desaparezca.
- Controle su propia ansiedad y permanezca tranquilo.
- Apoye a su hijo en la lucha.
- Hable con el psicólogo de su niño para aprender otra forma de ayudarlo que no sea con medicamentos.
Tratamiento del dolor producido por el cáncer
Los tratamientos para el dolor funcionan de manera diferente en todas las personas. Es necesario que usted tenga bien claro cómo se le debe administrar los medicamentos a su hijo y seguir todas las instrucciones muy cuidadosamente. Debido a que algunas acciones pueden causar resultados graves o incluso peligrosos:
- No le dé a su niño más medicamento que lo prescripto por el médico;
- No le dé a su niño medicamentos que no fueron prescriptos por su médico;
- No le dé el medicamento más seguido que lo prescripto;
- No deje de administrarle el medicamento abruptamente sin el consejo del médico;
- No triture las píldoras que no se pueden moler, cortar, ni masticar; y
- No agregue ningún otro medicamento o remedio natural sin antes consultarle al médico.
Es probable que el dolor no se reduzca con sólo tomar los medicamentos. Se puede utilizar cirugía, radioterapia y otros tratamientos para aliviar mucho más el dolor. Es muy importante que le comente al médico o a la enfermera cómo se siente su niño y si el tratamiento ayuda. Algunas veces los pacientes se preocupan de que su médico o enfermera piensen que se están quejando, pero no es verdad. El médico de su hijo y la enfermera necesitan esta información para que puedan encontrar el analgésico y los tratamientos adecuados para el niño.
A continuación se mencionan algunas actividades que pueden ayudar a que el dolor desaparezca. Estas técnicas pueden no ser un sustituto del analgésico, pero pueden ayudar a que los analgésicos funcionen mejor.
Técnica | Cómo funciona | Ejemplos |
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Relajación |
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Distracción |
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Replanteo / Dejar de pensar |
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Técnica de imagenes / hipnosis |
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Ejemplo a seguir |
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Calor* |
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Frio* |
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Masaje* |
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Ejercicio* |
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* consulte a su médico o a la enfermera antes de utilizar estas técnicas. |
Preguntas comunes hechas por los padres
¿Los infantes y los niños sienten dolor?
Sí. La creencia de que no sienten dolor no es verdadera. Aunque no puedan expresarlo, los infantes y los niños sienten dolor. Por lo tanto, es necesario que los traten con el mismo cuidado y preocupación que se les da a los adultos con dolor.
¿Los niños siempre admiten que sienten dolor?
No. Si los niños sienten dolor, es probable que tengan miedo de decírselo a alguien.
¿Pueden los niños decir si el tratamiento para el dolor realmente está funcionando bien?
Sí, los niños son expertos de su propio dolor. Incluso los niños muy pequeños pueden decirnos cuándo sienten dolor y cuánto les duele.
¿Puede el niño volverse "adicto" a los analgésicos?
No, salvo en casos muy raros. A algunos padres y niños les preocupa que sus niños se conviertan en “adictos” si toman analgésicos. Una adicción a las drogas significa que una persona toma una droga para que su mente “vuele” en lugar de para aliviar el dolor. Sin embargo, los pacientes con cáncer toman medicamentos para aliviar el dolor para que puedan estar lo más activos y cómodos posible. La verdad es que la adicción es muy rara cuando el medicamento se toma para controlar el dolor.
Si el niño toma grandes dosis de analgésicos ahora, ¿es posible que dejen de funcionar después cuando realmente los necesite?
No, el medicamento no dejará de funcionar. Sin embargo, algunas veces, el cuerpo del niño puede acostumbrarse al medicamento, lo cual se llama “tolerancia”. Si esto sucede, el niño necesitará que le prescriban más calmantes, pero no le causarán ningún daño.
¿Es posible que el niño solamente lo “soporte” Como dice el dicho "Quien no arriesga no gana"?
No se puede aceptar que un niño sufra dolor. Estar enfermo y tener que soportar un tratamiento ya es difícil y aterrador para cualquiera. El dolor no tratado no lo hace “fuerte” ni lo ayuda a formar su personalidad.
¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo con su dolor?
- Quédese tranquilo y tenga una actitud positiva de que los médicos y enfermeras disminuirán el dolor lo más que se pueda. Sin embargo, no debe decirle “esto no te va a doler para nada”.
- Controle su propia ansiedad y no de señales negativas, como quedarse boquiabierto, mostrar temor y acobardarse.
- No lo regañe ni castigue por no colaborar.
- No ayude a sostener a su hijo durante un procedimiento. En su lugar, sostenga su mano u ofrézcale maneras de distraerlo del procedimiento.
¿Puedo dejar de darle el medicamento a mi hijo si el dolor desaparece?
No, es necesario que usted consulte con el equipo médico de su hijo. Dejar gradualmente los analgésicos ayuda a evitar los efectos secundarios. La disminución lenta es importante porque el cuerpo se acostumbra al medicamento tal como el cuerpo se acostumbra a la nicotina o cafeína. Dejar gradualmente el medicamento le dará tiempo al cuerpo para acostumbrarse a no tener el medicamento. Eso no significa que su hijo sea adicto al medicamento.
¿Preguntas?
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Este documento no intenta reemplazar el cuidado y atención de su médico personal o de otros servicios médicos profesionales. Nuestro objetivo es promover una participación activa en su cuidado y tratamiento proporcionándole información y educación. Preguntas sobre problemas personales de salud u opciones de tratamientos específicos deben ser tratadas con su médico.
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