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Un nuevo espacio para las pruebas

  

Enfermeros convierten una clínica en un área de detección de COVID-19 para pacientes.

 
 
Nurses with child on gurney

Enfermeros convierten una clínica en un área de detección de COVID-19 para pacientes.

Por Mike O'Kelly

Daniel Forton, de siete años de edad, se recuesta sobre una cama de una sala de la clínica dentro del Kmart St. Jude LIFE Center en St. Jude Children's Research Hospital. Inclina su cabeza hacia atrás, cierra los ojos y aprieta con firmeza las manos de la enfermera Stephanie Wilkerson. Mientras tanto, Juice Thompson, RN, prepara un exudado nasal para hacerle la prueba del COVID-19 a Daniel.

El exudado nasal es parte de las operaciones diarias en St. Jude porque el hospital trabaja para mantener el COVID-19 fuera del campus. Se les realiza la prueba a los pacientes si viajaron a St. Jude desde fuera del área de Memphis o si se someterán a procedimientos que requieran anestesia.

El hospital intensificó su respuesta a la pandemia a mediados de marzo. El personal de la clínica aceptó el desafío de reubicar departamentos, crear nuevos espacios y supervisar la nueva clínica. 

 
 

Un nuevo espacio

2 nurses behind glass wall

De izquierda a derecha, Dawn Carrier, RN, y Korman Hooker, ambas de las clínicas ambulatorias, preparan la entrada al aislamiento para los pacientes que se les hará la prueba de detección de COVID-19.

Kmart St. Jude LIFE Center es tradicionalmente una clínica para pacientes ambulatorios para varios departamentos. Los líderes del hospital reconocen que el edificio independiente que está cerca de una entrada del campus funcionaría bien para realizar las pruebas de COVID-19 a los pacientes.

“El edificio era la opción perfecta porque tenemos una entrada aislada”, dice Dawn Carrier, RN, líder del personal clínico.

Carrier y sus colegas pasaron una tarde de domingo en marzo preparando el centro. Las clínicas existentes se reubicaron y las habitaciones existentes se transformaron para las pruebas de detección. En aproximadamente cuatro horas, el equipo realizó la transformación, coordinando y arreglando los equipos médicos para prepararse para la mañana siguiente.

“Nos aseguramos de tener todo lo que necesitábamos para los pacientes que están gravemente enfermos”, dijo Rachel Findley, RN, líder del personal clínico. “Si alguien va a tener buenos resultados y va a hacer lo correcto es St. Jude. Estamos comprometidos con los pacientes, el personal y la comunidad”.

El proceso de detección

Cuando comenzaron las pruebas de detección del COVID-19, el equipo se enfocó en los procedimientos diarios con los que se atendería mejor a los pacientes que estaban siendo evaluados y también a aquellos que tenían citas en otras clínicas.

El personal de seguridad lleva a las familias que tienen citas de evaluación a la carpa blanca que se encuentra afuera del Kmart St. Jude LIFE Center cuando ingresan al campus. Allí los recibe un miembro del personal y los dirige a la habitación del paciente. Los enfermeros trabajan con los registradores en el vestíbulo de la entrada para registrar a los pacientes. El médico clínico luego imprime un brazalete, lleva al paciente a la sala de prueba de detección e inicia sesión en la computadora. El procedimiento de exudado nasal tarda unos 10 segundos.

 “Luego nos aseguramos de que el exudado se etiquete y se congele. Lo llevamos a la estación de tubos y lo enviamos al laboratorio”, dice Wilkerson.

 
 

Las cosas han cambiado mucho desde el primer día, pero siento que St. Jude es uno de los entornos hospitalarios más controlados donde se puede trabajar durante esta pandemia.

Juice Thompson

 
Nurse and patient

Juice Thompson, RN, de las clínicas ambulatorias, controla la temperatura de Daniel Forton antes de realizarle la prueba de detección de COVID-19.

 
 

Toda medición posible

Desde que abrió la clínica, se han evaluado pacientes sintomáticos y asintomáticos, y a veces a los padres de los pacientes.

“Las cosas han cambiado mucho desde el primer día, pero siento que St. Jude es uno de los ambientes hospitalarios más controlados para trabajar durante esta pandemia”, dice Thompson. “Me considero bendecida por trabajar en una institución que está tomando todas las medidas posibles para garantizar la seguridad de los pacientes, las familias y los empleados”.

Desde que las pruebas de detección comenzaron el 24 de marzo, Thompson y su equipo han realizado cientos de exudados nasales para el COVID-19. Ahora los días de la clínica son muy diferentes. Los enfermeros deben encontrar otra forma que no sea con abrazos para brindarles consuelo y sonrisas a los pacientes. Los pacientes y las familias comprenden la necesidad de tomar precauciones. El personal continúa brindando esperanza y tranquilidad de que St. Jude está haciendo todo lo posible por cuidar a todos.

“Agradezco mucho ser enfermera en St. Jude durante esta pandemia”, dice Carrier. “El hecho de que no hayamos tenido una propagación masiva del COVID-19 entre el personal y los pacientes es un éxito”.

 
 
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