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Valentina, paciente de St. Jude, sonriendo.

Valentina, paciente de St. Jude

 
 
Valentina, paciente de St. Jude, sentada jugando con su familia.

Valentina, paciente de St. Jude, con su familia

 

La historia de Valentina

Gretel ha mostrado lo valiente que es desde el día en que nació, dijo su madre, María Antonieta. Por eso sus padres la llaman por su segundo nombre, “Valentina”.

Valentina nació con líquido en el cerebro y luego le diagnosticaron leucomalacia periventricular, un ablandamiento del tejido cerebral cerca de los ventrículos. 

 
 

También le diagnosticaron microcefalia, una afección en la que la cabeza de un bebé es significativamente más pequeña de lo esperado.

Cuando tenía tres años, a Valentina le diagnosticaron, además, leucemia mieloide aguda. Esta enfermedad se caracteriza porque las células cancerosas en la sangre desplazan a las células sanas.

 
Valentina, paciente de St. Jude con su familia.
 
 
Valentina, paciente de St. Jude, sentada en el piso con su mamá.

Valentina, paciente de St. Jude con su mamá

 

Los médicos refirieron a Valentina a St. Jude Children's Research Hospital. Sus padres ya conocían la reputación de esta institución, por lo que sintieron que su hija recibiría el mejor tratamiento.

Me sentí triste cuando me dijeron que (ella) tenía cáncer, pero también sentí tranquilidad, porque le dije a mi esposo que al menos estábamos aquí y que St. Jude la iba a tratar y que era el mejor lugar para ella.

- María Antonieta, mamá de Valentina

 
 
 
Valentina, paciente de St. Jude, sentada en el piso con su papá.

Valentina, paciente de St. Jude con su papá

 

Valentina recibió varias rondas de quimioterapia y un trasplante de médula ósea en 2022. Su padre, Javier, fue su donante.

Valentina hoy está estable. Regresa a St. Jude para realizarse chequeos rutinarios. 

 
 

Las familias, como la de Valentina, nunca recibirán una factura de St. Jude por tratamiento, transporte, hospedaje ni alimentación.

 
 
 
Valentina, paciente de St. Jude, de pie con su familia.
 

Su madre dijo que nunca olvidará la amabilidad de los médicos y enfermeras hacia su hija durante algunos de los momentos más difíciles de sus vidas.

"St. Jude es como una familia para mí”, dijo María Antonieta.

 
 

No descansaremos hasta que ningún niño muera de cáncer. La búsqueda de curas debe continuar para niños como Valentina.

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Valentina, paciente de St. Jude, sentada y sonriente.
 
 

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