Desde niña, Tayde soñaba con ser madre algún día. Pero cuando ella tenía tan solo 7 años, su sueño estaba en peligro. Tayde comenzó a tener fatiga, dolores de pierna inexplicables y luego desarrolló moretones por todo su cuerpo. Exámenes de sangre en México, su país natal, revelaron que Tayde sufría de leucemia linfoblástica aguda, el tipo de cáncer más común en la niñez. La familia de Tayde estaba devastada.
A través de unos amigos, la familia se enteró acerca de St. Jude Children’s Research Hospital. La familia viajó desde México a St. Jude y Tayde se sometió a dos años y medio de quimioterapia. Pero dos años después de completar su tratamiento, cuando Tayde tenía 12 años, el cáncer regresó. Una vez más, la familia recurrió a St. Jude y Tayde nuevamente se sometió a dos años y medio de quimioterapia. Tayde respondió bien al tratamiento y el cáncer entro en remisión.
Pero justo cuando Tayde terminaba con el tratamiento de su segunda lucha contra el cáncer, su familia quedó devastada al enterarse de que su cáncer nuevamente había regresado. Por la tercera vez, Tayde recibió un riguroso tratamiento en St. Jude que incluyó quimioterapia y radiación. Ella terminó con su tratamiento en 1995.
Fue un tremendo regalo. Es mi bebé milagro.
En 2011, Tayde se casó con su esposo, Scott, y estaba con el entusiasmo de formar su propia familia. Pero después de varios años de intento, incluyendo citas con un especialista en fertilidad e intentos con la inseminación intrauterina (IIU) y la fertilización in vitro (FIV), Tayde no pudo concebir. “Fue muy difícil emocionalmente”, dijo Tayde. “Una y otra vez, me enteraba de que no estaba embarazada y me empezó a afectar bastante”.
Pero, aunque parecía imposible, Tayde y Scott se enteraron a principios de 2016 que Tayde estaba embarazada. Su niña, Tayde Sofia, nació en Octubre. “Fue un tremendo regalo”, dijo Tayde. “Es mi bebé milagro”.
Hoy, Tayde trabaja en el equipo de los pacientes en del departamento de Marketing en ALSAC, la organización de concientización y recaudación de fondos de St. Jude.
“La misión de mi vida es ayudar al hospital que salvó mi vida”, dijo Tayde.
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