En 2021, Shayla comenzó a tener frecuentes hemorragias nasales. No parecía demasiado preocupante; sin embargo, algo llevó a su madre, Shelanda, a solicitar un análisis de sangre. Y los resultados fueron motivo de gran preocupación. Shayla tenía leucemia mieloide aguda.
Shayla se sometió a quimioterapia en un hospital cerca de su hogar. "Pero dentro de tres meses escuchamos esa palabra que nadie quiere escuchar", dijo Shelanda. "Recaída, y el mundo entero se me vino encima".
Cuando la familia supo que St. Jude era una opción para un tratamiento adicional, dijeron sí de inmediato.
Semanas después de llegar a St. Jude, la leucemia agresiva de Shayla seguía sin control. Su equipo de atención de St. Jude diseñó un nuevo plan de tratamiento dirigido a prepararla para un trasplante de médula ósea que podría salvarle la vida. Tan pronto como pudieron conseguir reducir a cero el recuento de leucemia en su médula ósea, Shayla se sometió a un trasplante haploidéntico con su madre como donante.
Las familias, como la de Shayla, nunca reciben una factura de St. Jude por tratamiento, transporte, hospedaje ni alimentación.
Varias semanas después, Shayla y Shelanda fueron dadas de alta a las residencia del hospital de St. Jude para celebrar la Navidad. Shelanda recuerda lo feliz y emocionada que estaba Shayla, de 3 años, de ver la capa de nieve afuera, algo que ella nunca había visto. Abrieron regalos con su familia en casa a través de Facetime. "Se sintió bien", dijo Shelanda. "No era ideal que no estuviéramos juntos, pero estábamos agradecidos de haber logrado tanto”.
El cáncer de Shayla ha permanecido en remisión desde su trasplante. "Porque ya hemos pasado por una recaída, lo tomamos mes por mes, prueba por prueba", dijo Shelanda. "A pesar de todo lo que ha pasado, ella sigue siendo feliz. Todavía tiene mucho amor, mucha chispa, mucha vida en ella. Miras a esta niña y todavía está ansiosa por aprender, ver, hacer todo... Y quieres darle todo lo que puedes. St. Jude nos dio la oportunidad de luchar por su vida. Por muchas razones, St. Jude salvó la vida de Shayla”.
St. Jude no descansará hasta que ningún niño muera de cáncer, sin importar dónde vivan.
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