Mia sueña con ser una princesa cuando sea grande.
Y como su princesa favorita, Blanca Nieves, ella tiene una personalidad alegre y amistosa, siempre demostrando su cariño a las personas a su alrededor.
Mia le roba el corazón a todos los que la conocen. Donde pasa ella siempre deja huellas, siempre deja ese amor a las demás personas. Es un tesoro.
Las familias, como la de Mia, nunca recibirán una factura de St. Jude por tratamiento, transporte, hospedaje ni alimentación.
Aparte de ser cariñosa, Mia también tiene una fuerza de voluntad que la ha ayudado a enfrentar algunos retos muy difíciles.
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Un día, después de correr y jugar en el parque, Mia empezó a sentir unos calambres raros en su pierna.
La causa era neurológica; Mia tenía un tumor cerebral canceroso llamado ependimoma anaplásico.
“Se me vino el mundo encima”, dijo su papá, Jorge. “Lo primero que me dijo mi esposa fue, ‘Vamos a luchar’. Lucharíamos hasta el último momento”.
Después de ser operada en su país natal Nicaragua, Mia fue referida a St. Jude donde recibió terapia de protones como parte de su tratamiento.
St. Jude nos ha dado todo. El vuelo desde Nicaragua hasta acá, alimentación, hospedaje, medicinas, tratamiento, todo lo que se necesita. Nosotros no hemos tenido que pagar por nada. Es un sueño hecho realidad.
A Mia le encanta armar rompecabezas y jugar con Lego y muñecas, su favorita es Blanca Nieves.
Y a pesar de todo, su mamá dice que Mia nunca ha parado de sonreír.
“Con toda la dificultad que ella ha pasado, la alegría, ese entusiasmo, esas ganas de seguir adelante, los sueños nunca los ha dejado”, dijo su mamá. "Ella siempre habla de mañana”.
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