Luna es una niña increíblemente feliz que siempre tiene una sonrisa en su cara. Un día, su sonrisa no se veía tan brillante como normalmente.
Al ver lo mal que se sentía su hija, la mamá y el papá de Luna se sintieron muy preocupados. La llevaron a visitar a su doctor en su país natal de Guatemala, quien les tuvo que dar una terrible noticia: Luna tenía leucemia.
Luna fue referida a St. Jude Children's Research Hospital, donde los doctores la sometieron a un plan de tratamiento que incluía quimioterapia y un trasplante de médula ósea.
Once meses después, Luna y su familia pudieron regresar a Guatemala. Pero, un mes después de su llegada, aparecieron manchas rojas en las piernas de Luna.
Su cáncer había regresado.
Las familias, como la de Luna, nunca recibirán una factura de St. Jude por tratamiento, transporte, hospedaje ni alimentación.
Luna y su familia volvieron a St. Jude, donde la niña fue sometida a otro trasplante de médula ósea, quimioterapia y terapia de células T con CAR.
No descansaremos hasta que ningún niño muera de cáncer. La búsqueda de curas debe continuar para niños como Luna.
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