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Brayden, paciente de St. Jude, sonriendo mientras sostiene su foto enmarcada de paciente.

Brayden, paciente de St. Jude

 
 
 
Brayden, paciente de St. Jude, sonriendo frente a un fondo colorido.
 

La historia de Brayden

En el verano de 2018, después de días de un dolor de cabeza incesante, Brayden fue diagnosticado con un tumor cerebral canceroso llamado meduloblastoma. El día en que debería haber comenzado el kínder, en su lugar, el pequeño fue sometido a una cirugía del cerebro.

 
 

Despues de la cirugía, Brayden fue referido a St. Jude Children’s Research Hospital, donde recibió quimioterapia y terapia de protones en el primer centro de terapia de protones del mundo dedicado exclusivamente a los niños. Después de varios meses, Brayden regresó a su hogar libre de cáncer. Y así se mantuvo por cinco años.

 
Brayden, paciente de St. Jude, sonriendo y demostrando lo fuerte que es a la cámara.
 
 
Brayden, paciente de St. Jude, sosteniendo una pelota de béisbol en un juego de Memphis Redbirds.
 

Durante esos años, su familia disfrutó de la alegría de lo cotidiano: empujar a Brayden en el columpio, jugar al béisbol en el patio de su casa.

Simplemente poder salir a caminar y sentarse a hacer la tarea con él, y que esté lo suficientemente saludable para poder hacer eso. Es un momento maravilloso.

El padre de Brayden

 
 

Luego, durante un chequeo de rutina en St. Jude, los exámenes revelaron cáncer en su glándula tiroides. Brayden tendría que regresar a St. Jude como paciente de cáncer por segunda vez.

Desde su regreso, Brayden ha sido sometido a dos cirugías y ha recibido tratamiento con yodo radiactivo que lo mantuvo aislado incluso de su familia durante 48 horas después de cada dosis.

 
 Brayden, paciente de St. Jude, sonriendo y abrazando a su mamá y su papá.

Brayden, paciente de St. Jude, con su familia

 
 

Las familias, como la de Brayden, nunca recibirán una factura de St. Jude por tratamiento, transporte, hospedaje ni alimentación.

 
 
Brayden, paciente de St. Jude, con una mascarilla mientras está sentado en una cama de hospital en St. Jude.
 

El cáncer es duro. Tienes que pasar por muchas cosas, pero St. Jude es maravilloso.

Brayden, paciente de St. Jude

 
 
Brayden, paciente de St. Jude, sonriendo con sus padres.
 

Brayden es un niño dulce y cariñoso que siempre está sonriendo, a pesar de los desafíos que ha tenido que enfrentar. "No puedes ver esa sonrisa y no sonreírle", dijo su papá. “Creo que mucha gente puede aprender de él. Yo lo he hecho”.

A Brayden le encantan los videojuegos y jugar con sus amigos. Tiene dos gatos llamados Small Bones y Sticker, y es un gran fan de los Tennessee Titans.

 
 
Brayden, paciente de St. Jude, flexiona los brazos.
 

No descansaremos hasta que ningún niño muera de cáncer. La búsqueda de curas debe continuar para niños como Brayden.

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