Aspen tenía solo un año y diez meses cuando la diagnosticaron con neuroblastoma en fase 4, un tumor canceroso.
Se sometió a un largo tratamiento en Filipinas, utilizando un protocolo desarrollado y compartido por los médicos e investigadores de St. Jude Children's Research Hospital. Pero seis meses más tarde, el cáncer volvió a extenderse.
Después de ser referida a St. Jude, su familia viajó a los Estados Unidos por primera vez.
Las familias, como la de Aspen, nunca recibirán una factura de St. Jude por tratamiento, transporte, hospedaje ni alimentación.
Incluso durante el tratamiento del cáncer en St. Jude, Aspen seguía siendo extrovertida, feliz y juguetona.
Pero sus padres se dieron cuenta de que habían cambiado.
Ahora el objetivo es vivir cada día al máximo, con un sentido de gratitud.
No descansaremos hasta que ningún niño muera de cáncer. La búsqueda de curas debe continuar para niños como Aspen.