La historia de Adalyn
Cuando estaba en el kinder, Adalyn solía tener dolores de estómago que iban y venían, pero no la detenían. Hasta que un día comenzó a tener episodios de dolor severo.
En enero de 2022, durante uno de estos episodios, su madre la llevó a la sala de emergencias donde los médicos descubrieron un gran bulto sobre el riñón derecho de la pequeña.
“Llegamos pensando que era estreñimiento y nos fuimos de allí sabiendo que tenía cáncer”, dijo su mamá. “No sabíamos nada sobre el neuroblastoma. Nunca habíamos oído hablar de eso. Era una palabra nueva para nosotros”, dijo el papá de Adalyn.
Y el neuroblastoma de Adalyn fue clasificado como de alto riesgo y en la etapa 4. Fue un momento aterrador.
Después de ser sometida a una cirugía para extirparle el tumor en un hospital de su ciudad, Adalyn fue referida a St. Jude Children’s Research Hospital.
Sus dos abuelas habían estado apoyando a St. Jude durante décadas como donantes mensuales y cuando la pequeña fue referida al hospital lo vieron como una señal de esperanza.
Las familias, como la de Adalyn, nunca recibirán una factura de St. Jude por tratamiento, transporte, hospedaje ni alimentación.
El papá de Adalyn traza un paralelo entre la cultura en St. Jude y la pequeña ciudad donde viven, un lugar en el que la gente es amable y está siempre dispuesta a ayudar. También aprecia la comunicación que hay dentro del equipo de atención médica de su hija.
En St. Jude, el tratamiento de Adalyn ha incluido quimioterapia, dos trasplantes de células madre, terapia de protones y terapia de anticuerpos, y durará alrededor de 18 meses.
A Adalyn, la única niña de la familia, se le ilumina la carita cuando habla de sus hermanos y su primo. Le encanta jugar a corretearse y a las escondidas, y hacer manualidades.
No descansaremos hasta que ningún niño muera de cáncer. La búsqueda de curas debe continuar para niños como Adalyn.
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