El psiquiatra más nuevo del hospital es un sobreviviente de St. Jude.
El psiquiatra más nuevo en St. Jude Children’s Research Hospital administra una dosis doble de empatía cuando sus pacientes discuten las dificultades de sus tratamientos. Pero pocos pacientes conocen el origen real de sus conocimientos.
Los niños y adolescentes consideran que el Dr. Andrew Elliot es un médico inteligente y compasivo. Pero él es mucho más que eso. Elliot es un sobreviviente del cáncer: un antiguo paciente de St. Jude que ayuda a la nueva generación a sobrellevar sus experiencias con los tratamientos.
Elliot solo tenía 14 años cuando un dolor en las articulaciones y en las rodillas, junto con malestar, motivaron una visita al médico. "¿Voy a perder mi cabello?" meditó, después de escuchar el diagnóstico de leucemia linfoblástica aguda. Siguieron más de dos años de quimioterapia, con ataques de irritabilidad inducida por los esteroides y un evento muy doloroso de pancreatitis. Pero también hubo momentos buenos: una relación cercana con su equipo médico de St. Jude; un reconocimiento del apoyo inquebrantable de su familia y el origen de su vocación profesional.
Si bien Elliot entiende los problemas de sus pacientes, no quiere que asuman que tiene todas las repuestas, ni siquiera la mayoría de ellas.
"Mi experiencia aquí me enseñó a sobrellevar un gran estrés y a pensar cómo otras personas sobrellevan el de ellas", dice. "Pero no suelo contar los detalles de lo que he pasado, porque mi experiencia no se iguala a la de ellos".
Elliot es parte de un equipo dedicado a ayudar a los niños a lograr la mejor calidad de vida posible.
Queremos hacer todo lo que podamos para aliviar su dolor o sus problemas.
"Andrew puede ayudar a los pacientes que necesitan tratamiento médico debido a síntomas de depresión o ansiedad", explica Sean Phipps, PhD, presidente del Departamento de Psicología de St. Jude. "Nuestros pacientes también reciben muchos medicamentos que pueden causar reacciones tales como delirio. Nosotros ayudamos a prevenir o tratar el delirio precozmente".
Elliot destaca que los niños de St. Jude son niños normales enfrentados a situaciones anormales. Su trabajo es ayudarlos a recorrer este camino desconocido.
"Cuando los niños están en su peor momento, a menudo podemos ayudarlos a que pasen por ese momento de manera positiva, con medicamentos o terapia o una combinación de los dos", dice. "Así es como podemos tener un fuerte efecto, moldeando su experiencia y dándole algo de sentido y propósito. Queremos hacer todo lo que podamos para aliviar su dolor o sus problemas".