Puerto Rico, esta isla paradisíaca fue azotada por el huracán María en 2017, cobrándose la vida de unas 3,000 personas y provocando alrededor de $90 mil millones en pérdidas materiales.
Así que, en medio de tanto sufrimiento, nadie podía imaginar que los voluntarios que todos los años organizan el torneo de golf a beneficio de St. Jude Children’s Research Hospital pensaran precisamente en el golf. O incluso en una organización benéfica, para ser honestos. Muchos se quedaron sin electricidad por varios meses después de la tormenta. Y algunos hasta perdieron su hogar.
Pero tal vez no era justamente el golf en lo que estaban pensando.
Tal vez pensaban en Yamila, o en los otros niños de Puerto Rico —docenas de niños a lo largo de varias décadas— que hoy están vivos gracias al tratamiento que recibieron en St. Jude, a unas 1,800 millas de la tierra que los vio nacer.
Los organizadores del torneo lograron retener a los patrocinadores, trataron con los proveedores y encontraron un nuevo lugar para llevar a cabo la ceremonia de cierre del torneo, ya que el sitio habitual había resultado dañado por el huracán. Gracias a esa dedicación y determinación, el torneo de golf St. Jude For the Kids de 2018 se llevó a cabo según lo previsto con una recaudación total de $183,000 —superando la meta de recaudación en más de $50,000.
Un gran corazón y una inmensa resiliencia.
Esa es también la historia de Yamila.
Cuando miro a los ojos de Yamila, veo algo maravilloso, algo lleno de vida. Veo… fortaleza.
Porque, con perseverancia, ha afrontado y superado recaídas y dos trasplantes de médula ósea durante su tratamiento para la leucemia linfoblástica aguda (LLA). Pero la enfermedad no apagó su sonrisa ni debilitó su espíritu.
La misma fortaleza que demuestra el pueblo puertorriqueño.
Hoy, Yamila venció el cáncer tres veces y ahora está celebrando cuatro años de remisión.
En medio de asistir a la escuela, tocar el piano y disfrazarse como un lobo, Yamila le encanta pasar tiempo con su hermano, Yariel, su perra Maya, su gato Nieve y su pececito, Gumby.
Gracias a St. Jude y a donantes como tú, el viaje de Yamila como músico, amante de los animales y sobreviviente de cáncer continúa.
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