La sorprendente recuperación de Gabriel se debe en parte al hecho de que St. Jude forjó asociaciones con el gobierno de El Salvador y el sector de las organizaciones sin fines de lucro mucho antes de que él naciera. Como resultado, las tasas de supervivencia para el cáncer infantil en ese país se dispararon.
Ahora, St. Jude y la OMS lanzan una iniciativa con una ambiciosa meta: curar al menos el 60 % de los niños con seis de los cánceres más comunes para 2030.
"Es un sueño osado, pero que está a nuestro alcance. En la ciencia y en la medicina, la colaboración es el motor que impulsa el progreso", manifiesta James R. Downing, MD; presidente y director general de St. Jude. "Imaginen las grandes proezas que podemos lograr juntos, trabajando en diferentes disciplinas, cruzando fronteras y alrededor del mundo".
"Juntos, les daremos a los niños la mejor esperanza para su futuro, sin importar dónde vivan".
"Imaginen las grandes proezas que podemos lograr juntos, trabajando en diferentes disciplinas, cruzando fronteras y alrededor del mundo".
Respuestas para un problema global
Varios años atrás, la directiva de St. Jude hizo un balance del estado de la atención del cáncer infantil con una simple pregunta: ¿Cómo aceleramos el progreso? Buscaron las brechas en el conocimiento y las oportunidades para hacer avanzar la atención del cáncer infantil y otras enfermedades mortales.
¿Qué aprendieron?
El mejor determinante de supervivencia para un niño con cáncer es el lugar donde ese niño vive.
Las cifras son alarmantes a nivel mundial. Cada año, más de 300 000 niños y adolescentes reciben un diagnóstico de cáncer. La mayoría de los niños en los países desarrollados, como por ejemplo Estados Unidos, sobreviven a su enfermedad. Pero el 80 % de los niños a nivel mundial viven en países de bajos y medianos recursos.
En esas áreas, menos del 20 % sobreviven.
Downing y Carlos Rodriguez-Galindo, MD, vicepresidente ejecutivo de St. Jude y presidente de Medicina Pediátrica Global crearon un plan para modificar esas probabilidades. El programa se llama St. Jude Global.
Asociación para salvar la vida de los jóvenes
St. Jude Global crea redes multifacéticas para mejorar el acceso a la atención, mejorar la calidad de la atención y establecer infraestructuras sostenibles en todo el mundo. Los esfuerzos globales del hospital se intensificaron al unir fuerzas con la OMS, una entidad con el prestigio, la historia y el conocimiento para expandir aún más el alcance y el impacto.
El primer paso de esta asociación tuvo lugar en marzo de 2018, cuando la OMS nombró a St. Jude como su primer Centro Colaborador para el Cáncer Infantil.
Seis meses después, líderes de St. Jude y la OMS se reunieron en las Naciones Unidas para anunciar la iniciativa mundial contra el cáncer infantil.
Un sueño hecho realidad
La asociación mundial contra el cáncer infantil combinará el soporte técnico experto y los recursos de St. Jude con la autoridad de la OMS para trabajar con los gobiernos y los líderes de los sistemas de salud a nivel regional y global.
"Nuestro proyecto con la OMS es la unión de las fuerzas de dos organizaciones para ampliar los servicios, capacidades y asociaciones para enfrentar el cáncer infantil", explica Downing. "Mi esperanza es que al unir St. Jude con la Organización Mundial de la Salud y nuestros socios globales podamos transformar el panorama internacional del cáncer infantil —y salvemos la vida de muchos más niños, ahora y en el futuro".
Rodriguez-Galindo dice que la nueva iniciativa le permite al hospital dar el siguiente paso lógico para alcanzar su misión.
"St. Jude fue fundado por el artista Danny Thomas hace más de medio siglo", dice. "Hijo de inmigrantes libaneses, tenía una perspectiva única de nuestra responsabilidad para con el prójimo. No significa que debemos limitar nuestros esfuerzos y nuestra visión a los niños en Memphis, Tennessee o los Estados Unidos. St. Jude no ha terminado lo que empezó en 1962, así que seguiremos trabajando en pos del objetivo de que un día ningún niño deba morir al inicio de su vida".