Yamila se dirigió a su clase de inglés en la escuela de St. Jude, y trajo a Lucy, su perrito de peluche. Mientras Yamila y su profesora repasaban la lección, abrieron una página que tenía un dibujo de un gato, y Yamila empezó a jugar, haciendo como si Lucy peleara con el gato. La profesora regañó al perrito en inglés. “Lucy, no puedes pelear. Si vienes a la clase de inglés, te tienes que portar bien.” Yamila se dirigió a su profesora, y le explicó, “Profesora, Lucy no habla inglés”.
A Yamila, quien vino al hospital desde Puerto Rico, le encantan sus clases de inglés. “Ella quiere venir a la escuela. Nunca ha estado ausente,” dice su profesora, Tracy Long.
Mudarse a un lugar nuevo para recibir tratamiento contra el cáncer es difícil para cualquiera, pero para los pacientes que vienen de otros estados del país, Latinoamérica o alrededor del mundo, aprender un nuevo idioma puede ser un reto más. La escuela de St. Jude ofrece clases de Inglés como Segunda Lengua para que los estudiantes que no hablan inglés puedan continuar con sus estudios mientras reciben tratamiento.
La escuela de St. Jude es un lugar especial. Está acreditada, y los alumnos tienen tareas para hacer en casa, pero los profesores son conscientes de que sus alumnos están pasando por retos únicos.
“A veces quieren venir aquí para poder ser niños,” explica Long. “Pueden jugar, sonreír y reírse aquí. Si quieren hablar de su enfermedad y su tratamiento, podemos hablar de esas cosas, pero si no quieren, no tenemos que hacerlo.”
Para escapar de la rutina del día a día, a Yamila le gusta hablar con su profesora sobre Puerto Rico y sobre su familia. Le encanta hacer dibujos para su madre. A veces, viene a clase vestida de princesa.
“Me gusta leer libros de Winnie the Pooh con mis alumnos, y [el protagonista] Christopher Robin dice que, a veces, las cosas más pequeñas son las que más espacio ocupan en el corazón,” dice Long. “Las clases de inglés pueden no ser importantes para otros, pero para los pacientes, para Yamila, son importantes.”