Los cientos de enfermeros que vienen a trabajar todos los días y noches a St. Jude Children’s Research Hospital hacen carrera en enfermería por una variedad de razones. Ya sea para seguir los pasos de un miembro de su familia o para satisfacer el impulso personal de cuidar a otros, los enfermeros de St. Jude tienen el talento único de la compasión, determinación, concentración y habilidad en sus trabajos.
Como se celebra la Semana Nacional de Enfermería en todo el país, 10 enfermeros que han estado en el campo menos de cinco años comparten qué fue lo que los inspiró a convertirse en enfermeros y cómo trabajar en St. Jude les permite hacer su mejor trabajo.
Puedo hacer la diferencia
Por Brea Bowers, RN
Unidad de Pacientes Internados por Trasplante de Médula Ósea
Cuando tenía 20 años, decidí hacer la carrera de enfermería. Soy una persona práctica y los enfermeros proporcionan atención práctica. Puedo hacer una diferencia en las vidas de los pacientes. Y hacer una diferencia es importante para mí.
Antes de ser enfermera, fui pasante, una coordinadora de desarrollo comunitario en nuestro Departamento de Enfermedades Infecciosas. Ayudé a crear conciencia acerca del VIH y a promover la prevención en todo Memphis. Y ahora volví, trabajo en la unidad de Trasplante de Médula Ósea (BMT); en agosto hará dos años que trabajo aquí.
Tenemos muchos recursos en St. Jude para cuidar a los pacientes y sus familias. Por ejemplo, los especialistas en vida infantil y los voluntarios de "Happy Cart" visitan regularmente a nuestros pacientes de BMT y les añaden un poco de alegría y entusiasmo a su día. Definitivamente es un entorno de trabajo colaborativo. Estamos decididos a ayudar a nuestros pacientes a que alcancen sus metas.
El desafío más grande de mi trabajo es el desafío emocional. Veo la fortaleza que tienen nuestros pacientes para enfrentar sus enfermedades. Su espíritu positivo es una inspiración para mí. St. Jude utiliza sus recursos para ayudar a los pacientes, a las familias y al personal a sobrellevar los momentos difíciles. Pero no siempre obtenemos los resultados que esperamos. Por eso la tristeza también es parte del trabajo.
La mejor parte es que cuando vengo a trabajar cada día, sé que puedo hacer una diferencia en la vida de un paciente. Agradezco la oportunidad.
Puedo superar los desafíos
Por Holly Cullum, RN
Servicios de Enfermería Quirúrgica
Tuve muchos problemas médicos mientras crecía y recuerdo cómo me cuidaban los enfermeros. Hace casi 20 años, decidí que quería hacer lo mismo por otros. Como soy madre de tres niños, tuve que esperar unos años, pero me gradué con una licenciatura en enfermería en 2009.
St. Jude es un lugar para trabajar aleccionador, los enfermeros reciben capacitación integral, que incluye orientación y materiales educativos para que pueda aprender más y ayudar mejor a mis pacientes.
Todos los días hay desafíos nuevos en St. Jude. Trabajo en el punto de atención donde se hace el diagnóstico inicial de los pacientes, es un momento muy estresante para los pacientes y las familias. Como enfermera, es importante estar ahí para apoyar a la familia y mostrar compasión a la vez que mantenemos una compostura emocional frente a su dolor.
Creo que la enfermería es donde puedo hacer la diferencia más grande en la vida de otros, pero mis compañeros de trabajo son lo que hacen que cada día en St. Jude sea el mejor. Su apoyo es de primer nivel. Somos más una familia que una unidad del hospital.
Puedo ofrecer atención compasiva
Por Jasmin Elizarraras, RN
Unidad de Pacientes Internados de Tumores Sólidos
Mi familia se mudó de California a Tennessee en 2003 para que mi hermana pudiera recibir tratamiento en St. Jude. En su batalla de dos años con un tumor cerebral, conocí a muchos enfermeros increíbles. Si bien mi hermana falleció, la atención compasiva que le mostraron a ella y a mi familia me inspiró en seguir una carrera en enfermería.
St. Jude valora a los enfermeros y los alienta a que nunca dejen de aprender. Tengo la oportunidad de aprender cada vez que vengo a trabajar, pero lo que he aprendido en el año que he estado aquí es la importancia del trabajo en equipo. Mis compañeros de trabajo son un excelente recurso. Están más que disponibles para involucrarse y ayudar, compartiendo sus conocimientos y experiencia.
Una de las mejores cosas de trabajar en St. Jude es que mi punto de vista y mi opinión se toman en cuenta. Debido a nuestros increíbles recursos, los enfermeros de St. Jude no necesitan preocuparse por las cosas que se preocupan la mayoría de los enfermeros fuera de esta institución. Puedo concentrarme en mi paciente y ofrecerle una atención segura.
A algunos de estos pacientes los conozco desde el primer día y observo sus avances... sus buenos momentos y sus malos momentos y los desafíos a los que se enfrentan. Intento alentarlos para que sigan luchando y teniendo esperanza y les doy cariño y atención compasiva. Algunos de estos niños, desafortunadamente, no lo logran. Cuando pasa eso, me hace querer seguir luchando, para mantener viva la esperanza de que un día tendremos una cura para el cáncer.
Tengo un apoyo increíble para mis esfuerzos
Por Andrea Garrett, RN
Servicios de Enfermería Quirúrgica
Me convertí en enfermera porque vi lo bien que los enfermeros trataron a mi abuela cuando estuvo enferma. Mi familia me apoyó y me alentó para que me convirtiera en enfermera, quería dar a otros el mismo tratamiento, amor, apoyo y aliento que vi le dieron a mi abuela.
Ser una enfermera de St. Jude me permite tener más conocimiento, recursos, educación y compasión en la clínica y en casa. El apoyo es increíble: educación continua, reevaluación de procesos, capacitación para la tecnología y una cultura de colaboración con mis compañeros de equipo aquí en el hospital que me ayuda a ser la mejor enfermera que puedo ser.
A veces es un desafío retener las lágrimas. En este trabajo con estos niños, me puedo poner sensible. Pero aun así vengo a trabajar todos los días sabiendo que estoy brindando atención a los niños y las familias que lo necesitan.
Ver las sonrisas en las familias y niños hace que ser una enfermera de St. Jude valga la pena. Sé que tengo todo el apoyo de la familia St. Jude, y cualesquiera sean los obstáculos a los que me tenga que enfrentar en el trabajo o en casa, nos ayudamos los unos a los otros y trabajamos juntos para superarlos.
Puedo superar las limitaciones
Por Melodie Hoggard, RN
Servicios de Enfermería Quirúrgica
La mejor parte de venir a trabajar todos los días es que soy parte de un equipo. Siento que hago la diferencia.
La enfermería de St. Jude es diferente a las demás enfermerías. Cuidamos a pacientes y familias muy frágiles. Nosotros debemos estar siempre de la mejor manera, porque hacemos la diferencia para ellos. Para mí, el desafío más grande es cuando los pacientes tienen una recaída o empiezan a estar peor a pesar de sus protocolos. Aún sigo aprendiendo a manejar esos eventos inevitables y todavía se me parte el corazón cuando los niños están mal.
Pero en la enfermería aquí, no solo descubrí mis limitaciones, tengo apoyo y capacitación para expandir mis habilidades y combatir esas limitaciones.
Tenía 42 años de edad cuando empecé la escuela de enfermería. Además de la escuela de enfermería a tiempo completo y un trabajo a tiempo completo, tenía dos niñas preadolescentes en casa. Pero nunca me arrepentiré haberme convertido en enfermera. Después de mis hijas, es mi logro más grande. Mis hijas, que ya están grandes, me dicen que están muy orgullosas de que su madre haya logrado su objetivo. También eligieron profesiones relacionadas con la salud, tengo una hija en la facultad de farmacia y mi otra hija piensa ir a la facultad de medicina.
Puedo dar consuelo
Por Camille Jenkins, RN
Unidad de Pacientes Internados por Trasplante de Médula Ósea
Cuando tenía 3 años de edad, solía jugar a la doctora con mis muñecas y ositos de peluche: Al principio pensé que quería ser pediatra. Pero mi corazón me llevó a otra dirección y decidí convertirme en enfermera.
Hoy, trabajo en la Unidad de Trasplantes de Médula Ósea en St. Jude, de hecho, recién celebré mi primer año de trabajo. St. Jude es un lugar especial donde las familias no tienen que pagar por el tratamiento. Lamentablemente, las familias en otras instituciones tienen que hacerlo con frecuencia.
He aprendido mucho en este trabajo. Por ejemplo, los niños pueden ser muy fuertes, pero muchas cosas que pasan en un hospital para niños —tomar medicamentos, recibir anestesia para un procedimiento o que los pinchen para hacerles intravenosas o cultivos— pueden dar mucho miedo. Parte de mi trabajo es ayudar a tranquilizar a los niños angustiados. A veces una sonrisa o un abrazo hace maravillas.
Amo a Danny Thomas y a la misión de St. Jude: Encontrar curas. Salvar niños. Trabajar con nuestros pacientes es, totalmente, la mejor parte de mi trabajo, por eso intento darles todo mi potencial todos los días.
Trabajo en el turno de la noche, lo que puede ser un desafío. A veces me pregunto si puedo hacer el trabajo con los recursos que tengo. Y hay días en los que eso es muy difícil. Pero llegar al trabajo con nuestros pacientes increíbles hace que valga la pena todos los días.
Puedo pagar una deuda
Por Ashley McTyre, RN
Unidad de Pacientes Internados de Neurooncología/Tumores Sólidos
Las interacciones con mis enfermeros mientras fui una paciente en St. Jude fueron mi inspiración para ser una enfermera. En el momento más difícil de mi vida, todos me hicieron sentir esperanza, amor y atención. Podía sentir sus intensos deseos de hacer todo lo humanamente posible para que me sintiera cómoda y no solo cuidaban de mí, sino también de toda mi familia. Generé la pasión de hacer lo mismo por otros.
Es un honor, un regalo y un privilegio poder trabajar entre algunos de los mismos enfermeros y médicos que me cuidaron cuando era paciente y poder ayudar a dar esperanza y a cumplir la misión de St. Jude.
La mejor parte de venir a trabajar todos los días es que estoy devolviendo lo que recibí. Sé que de alguna manera estoy haciendo una diferencia en la vida de alguien que necesita esperanza. El desafío más difícil al que me enfrento es darme cuenta de que no todos los niños tendrán el mismo resultado que yo tuve. Con eso, hay una gran responsabilidad de cuidar de ese paciente y de todos los pacientes lo mejor que pueda, no solo físicamente sino con sensibilidad por lo que atraviesan. Es lo que me impulsa a ser más compasiva y a esforzarme por la excelencia cuando cuido de todos y cada uno de los pacientes y familias.
Estoy en esta lucha para encontrar una cura para todos.
Me siento bendecida y honrada de ser parte de este hospital maravilloso, el que salvó mi vida y que ahora me da el gran privilegio y responsabilidad de cuidar a otros que recorren el mismo camino.
Puedo cumplir mi vocación
Por Brendan O’Reilly, RN
Unidad de Pacientes Internados de Tumores Sólidos
Decidí que quería ser enfermero un poco después que la mayoría, cuando tenía alrededor de 25 años. Lo que me llevó a la enfermería tiene dos caras. Había establecido que mi vocación era ayudar a otras personas, pero no sentía que estaba cumpliendo mi meta adecuadamente a través de mi carrera como entrenador personal. Al pensar en las personas que habían tenido un impacto en mí con el correr de los años, el enfermero que me cuidó cuando de niño estaba enfermo me vino a la mente. Este enfermero me enseñó a caminar otra vez y calmó mis miedos de estar en el hospital.
Dije: "Quiero hacer eso".
St. Jude me permite hacer mi mejor trabajo ofreciendo los recursos necesarios para cuidar con éxito a mis pacientes. Siempre hay suministros y el índice enfermero-paciente está bien. En el laboratorio de simulación de enfermería del hospital, he podido perfeccionar las habilidades que sentía que me faltaban para poder ejecutarlas perfectamente en el piso.
Otra cosa que St. Jude hace es alentar las investigaciones académicas. Como hombre de práctica basada en la evidencia, pude profundizar en determinados aspectos de la cultura de la enfermería manteniendo correspondencia con enfermeros de tan lejos como Australia para mejorar la experiencia de enfermería aquí.
La mejor parte de venir a trabajar son mis compañeros de trabajo o la familia de trabajo. Siempre están dispuestos a ayudar. Puedo intercambiar ideas con ellos. Y si estoy estresado, siempre puedo contar con un chiste o broma de alguno de ellos para aliviar el estrés.