Hijo de inmigrantes y con grandes sueños de ser actor, Danny se encontraba con escasos recursos para cuidar de su esposa y su pequeña hija.
El entró en una iglesia y rezó a San Judas Tadeo – el santo patrón de las causas perdidas – y le pidió al santo, “muéstrame el camino en mi vida y te construiré un santuario”.
Poco después de su oración, su carrera como comediante tuvo frutos, llevándolo a la cumbre de la fama entre el público estadounidense. Durante su época de mayor éxito, él siempre recordó su compromiso de construir un santuario a San Judas.
El éxito en la vida no tiene nada que ver con lo que uno gana en la vida o lo que consigue por sí mismo. Es lo que haces por los demás.
El santuario sería un hospital donde los niños con enfermedades que amenazan sus vidas, como la leucemia linfoblástica aguda, encontrarían esperanza. Él y su esposa, Rose Marie, atravesaron el país, pidiendo apoyo.
Danny les pidió a otros árabes americanos que le apoyaran en sus esfuerzos. Les dijo que esta era una manera de agradecer a los Estados Unidos por la libertad que les había dado a ellos y a sus padres, y de rendir homenaje a sus antepasados que habían emigrado a los Estados Unidos.
En 1957, 100 representantes de la comunidad árabe-americana se reunieron en Chicago para formar ALSAC, organización que tiene el único propósito de recaudar fondos y crear conciencia sobre St. Jude, misión que continúa hasta este día.
El 4 de febrero de 1962, Danny Thomas cumplió su promesa a San Judas Tadeo cuando St. Jude abrió sus puertas.
Creo que sé por qué nací, por qué se me puso en esta tierra.
Y creo que cualquiera que pueda decir eso está bendecido.
Desde que abrió sus puertas, St. Jude ha tenido un extraordinario impacto en la comunidad médica alrededor del mundo.
Los médicos y científicos de St. Jude han sido pioneros creando tratamientos que han ayudado a llevar la tasa de supervivencia del cáncer infantil de un 20 por ciento cuando abrió el hospital en 1962 a un 80 por ciento hoy en día.
St. Jude comparte libremente sus descubrimientos, y cada niño salvado en St. Jude significa que médicos y científicos alrededor del mundo pueden usar esos conocimientos para salvar a miles de niños más.
Danny murió el 6 de febrero de 1991, solamente dos días después de reunirse con pacientes, familias y empleados para celebrar el 29 aniversario del hospital. Fue sepultado en una cripta familiar en el pabellón Danny Thomas/ALSAC en las instalaciones del hospital.
Durante su vida, Danny llegó a ver su pequeño hospital convertirse en un rayo de esperanza internacional para los niños con enfermedades catastróficas alrededor del mundo. Y su sueño consagrado en el lema de que “ningún niño debería morir en el amanecer de su vida” sigue inspirándonos hacia el futuro.
"Si hubiéramos construido todo este sitio para salvar la vida de un solo niño, hubiera merecido la pena".
Danny Thomas, fundador de St. Jude
En St. Jude, las familias nunca reciben una factura por su tratamiento, transporte, hospedaje ni alimentación – porque la única preocupación de las familias debe ser ayudar a sus hijos a vivir.
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