Hender y su familia viven en Venezuela. A él y sus hermanos les encantan los videojuegos y montar sus bicicletas.
En marzo de 2015, la familia de Hender se enteró de que él sufría de rabdomiosarcoma, un tumor canceroso que surge en el tejido suave. Debido a ello viajaron más de 2,000 millas desde su hogar en Sudamérica a St. Jude Children’s Research Hospital, para que Hender recibiera cuidado y tratamiento.
Hender se someterá a quimioterapia y terapia de haz de protones. Su familia está agradecida por St. Jude. “Gracias a St. Jude, sé que mi niño será salvado”, dice su padre. “Éste es el mejor hospital. Tenemos fe. La fe te deja ver lo invisible, sentir lo intangible y alcanzar lo imposible. Esto aplica cien por ciento a St. Jude”.
St. Jude nos da esperanza de que las cosas volverán a ser como antes.
Hender está respondiendo bien al tratamiento. Es un niño curioso e inteligente a quien le encanta aprender.
“Para nosotros, St. Jude significa volver a nacer”, dice el papá de Hender. “St. Jude nos da esperanza de que las cosas volverán a ser como antes”.